sábado, 25 de febrero de 2012

Justo Sierra y Yucatán



Justo Sierra Méndez es uno de los grandes intelectuales del México porfiriano, una aportación de la Península de Yucatán a las letras mexicanas. El hijo del padre del regionalismo yucateco siempre estimó a la tierra que le vio nacer, los Tesoros de la BVY nos permiten adentranos un poco a la intimidad del intelectual.

Joed A. Peña Alcocer. "Justo Sierra y Yucatán" en PorEsto!, 24 de Febrero de 2012.

 Las letras yucatecas han sido nutridas por plumas de alta valía, que en algunas ocasiones trascendiero las barreras peninsulares y dejaron huella en el ámbito nacional. Como ejemplno de ello podemos señalar a Justo Sierra O’Reilly y su hijo, Justo Sierra Méndez; el primero, padre de la novela mexicana y legislador; el segundo, intelectual de primera línea, científico del Porfiriato y fundador de la Universidad Nacional.



En el caso de Sierra O´Reilly, no se puede discutir el nivel peninsular de su obra y mucho menos el sentimiento regional que la permea; pero en el caso de Sierra Méndez la situación no es del todo clara, pues, al haber desarrollado su vida intelectual y política en el centro del país, es más complicado poder vislumbrar dicho sentimiento.


Una de las fuentes que ayudan a clarificar el pensamiento de los personajes históricos es la documentación personal; ésta tiene la peculiaridad de mostrar una parte más personal de sus autores, lo cual no pasa con sus obras literarias. Es así como la añoranza de Justo Sierra Méndez por Yucatán se evidencia en la correspondencia con a sus amigos y conocidos yucatecos, como es el caso de la que presentamos a continuación, enviada al canónigo Norberto Domínguez en respuesta a una invitación a pasar unos días de descanso en la ciudad de Mérida.
 
-“Dos cartas de Justo Sierra Méndez al canónigo Norberto Domínguez”. Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, Fondo Reservado, Manuscritos.

1

México, Junio 30 de 1901.

Sr. Canónigo D. Norberto Domínguez.

Mérida

Mi venerado e inolvidable amigo y maestro:

Me permito enviar a usted la carta abierta que dirijo a los amigos que, encabezados por usted, tuvieron la cordial atención de invitarme a mi llegada a la Habana, pasar con ellos algunos días en Mérida; y mucho le agradeceré que ya por medio de la prensa o por cualquier otro que usted estime más conveniente, se tome la molestia de hacer conocer esa carta, de todas las personas que se sirvieron subscribir la invitación.

Espero ver a usted pronto y renovarle muy sinceramente la expresión de mi carió y mi respeto.

Su servidor y amigo.

Justo Sierra

2




Señores y amigos:

Recibí con profundo agradecimiento la invitación de ustedes, y la leí con emoción; los recuerdos que evocaba bastarían a renovar mi amor y mi adhesión por la patria yucateca, y este nombre encierra para mí a toda la Península, si esos sentimientos hubiesen dejado de existir un solo día en mi corazón.

Compromisos oficiales me impidieron hacer una visita a Mérida, con quien mi familia tiene una deuda que no podrá pagar jamás, y a Campeche, mi inolvidable tierra natal. Pero, mediante la venia que recabaré empeñosamente del Sr. Presidente de la República, la visita queda aplazada para el invierno próximo. Entones, sin ceremonias oficiales que privarían de espontaneidad a nuestra entrevista y sin la más insignificante conexión con la política que allá deseo cordialmente ignorar, nos daremos el gran abrazo con que terminan las largas ausencias y hablaremos sentados en nuestro sagrado hogar, de nuestros recuerdos, de nuestra devoción por la patria mexicana, de nuestra fe en el Porvenir.

México, Junio 12 de 1901.

Justo Sierra

Sr. Canónigo D. Norberto Domínguez

Mérida.














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