sábado, 25 de febrero de 2012

Justo Sierra y Yucatán



Justo Sierra Méndez es uno de los grandes intelectuales del México porfiriano, una aportación de la Península de Yucatán a las letras mexicanas. El hijo del padre del regionalismo yucateco siempre estimó a la tierra que le vio nacer, los Tesoros de la BVY nos permiten adentranos un poco a la intimidad del intelectual.

Joed A. Peña Alcocer. "Justo Sierra y Yucatán" en PorEsto!, 24 de Febrero de 2012.

 Las letras yucatecas han sido nutridas por plumas de alta valía, que en algunas ocasiones trascendiero las barreras peninsulares y dejaron huella en el ámbito nacional. Como ejemplno de ello podemos señalar a Justo Sierra O’Reilly y su hijo, Justo Sierra Méndez; el primero, padre de la novela mexicana y legislador; el segundo, intelectual de primera línea, científico del Porfiriato y fundador de la Universidad Nacional.



En el caso de Sierra O´Reilly, no se puede discutir el nivel peninsular de su obra y mucho menos el sentimiento regional que la permea; pero en el caso de Sierra Méndez la situación no es del todo clara, pues, al haber desarrollado su vida intelectual y política en el centro del país, es más complicado poder vislumbrar dicho sentimiento.


Una de las fuentes que ayudan a clarificar el pensamiento de los personajes históricos es la documentación personal; ésta tiene la peculiaridad de mostrar una parte más personal de sus autores, lo cual no pasa con sus obras literarias. Es así como la añoranza de Justo Sierra Méndez por Yucatán se evidencia en la correspondencia con a sus amigos y conocidos yucatecos, como es el caso de la que presentamos a continuación, enviada al canónigo Norberto Domínguez en respuesta a una invitación a pasar unos días de descanso en la ciudad de Mérida.
 
-“Dos cartas de Justo Sierra Méndez al canónigo Norberto Domínguez”. Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, Fondo Reservado, Manuscritos.

1

México, Junio 30 de 1901.

Sr. Canónigo D. Norberto Domínguez.

Mérida

Mi venerado e inolvidable amigo y maestro:

Me permito enviar a usted la carta abierta que dirijo a los amigos que, encabezados por usted, tuvieron la cordial atención de invitarme a mi llegada a la Habana, pasar con ellos algunos días en Mérida; y mucho le agradeceré que ya por medio de la prensa o por cualquier otro que usted estime más conveniente, se tome la molestia de hacer conocer esa carta, de todas las personas que se sirvieron subscribir la invitación.

Espero ver a usted pronto y renovarle muy sinceramente la expresión de mi carió y mi respeto.

Su servidor y amigo.

Justo Sierra

2




Señores y amigos:

Recibí con profundo agradecimiento la invitación de ustedes, y la leí con emoción; los recuerdos que evocaba bastarían a renovar mi amor y mi adhesión por la patria yucateca, y este nombre encierra para mí a toda la Península, si esos sentimientos hubiesen dejado de existir un solo día en mi corazón.

Compromisos oficiales me impidieron hacer una visita a Mérida, con quien mi familia tiene una deuda que no podrá pagar jamás, y a Campeche, mi inolvidable tierra natal. Pero, mediante la venia que recabaré empeñosamente del Sr. Presidente de la República, la visita queda aplazada para el invierno próximo. Entones, sin ceremonias oficiales que privarían de espontaneidad a nuestra entrevista y sin la más insignificante conexión con la política que allá deseo cordialmente ignorar, nos daremos el gran abrazo con que terminan las largas ausencias y hablaremos sentados en nuestro sagrado hogar, de nuestros recuerdos, de nuestra devoción por la patria mexicana, de nuestra fe en el Porvenir.

México, Junio 12 de 1901.

Justo Sierra

Sr. Canónigo D. Norberto Domínguez

Mérida.














viernes, 24 de febrero de 2012

Alfredo Barrera Vázquez y el patrimonio documental de Yucatán


La formación de colecciones de archivos y bibliotecas es uno de aquellos procesos pocas veces documentados y, de los cuales poco información poseemos, para fortuna del historiador algunos han dejado algunos registros como el caso que se nos presenta en los Tesoros de la BVY.

Joed A. Peña Alcocer. "Alfredo Barrera Vázquez y el patrimonio documental de Yucatán" en PorEsto!, 22 de Febrero de 2012.

La conservación del patrimonio, ya sea material o inmaterial, recae muchas veces sobre personas o instituciones dedicadas a ello. Yucatán siempre ha habido una preocupación constante por proteger del olvido o la destrucción aquellos objetos o prácticas que son base fundamental de nuestra cultura.



Uno de los más destacados personajes en el campo de la investigación y conservación del patrimonio cultural fue Alfredo Barrera Vásquez. Distinguido mayista, respetado en los círculos académicos nacionales e internacionales, el doctor Barrera Vásquez desempeñó el cargo de director del Museo Histórico y Arqueológico, y facilitó, con su trabajo, la conservación de los vestigios arqueológicos mayas. Al mismo tiempo, dedicó especial cuidado a la preservación del patrimonio documental yucateco. Junto a Mireya Priego de Arjona y Antonio Canto López, emprendió la labor de organizar las colecciones del establecimiento y difundir entre los yucatecos la extensa bibliografía sobre temas yucatanenses.


Esta labor llevó al director y a los colaboradores del museo a adquirir material documental de suma importancia, lo cual propició el crecimiento de los acervos de la institución y ayudó a concentrar, en un solo espacio, una cantidad notable de documentos surgidos en la península, que ahora son parte de los acervos del Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán.


Presentamos al lector la trascripción de una relación de documentos que se ofreció en venta al museo y que ahora forman parte de la sección de manuscritos del caihy.










-“Arturo Sauri Reyes ofrece al director del Museo Arqueológico e Histórico de Yucatán seis legajos de manuscritos, en venta”, 1940. Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, Fondo Reservado, Manuscritos.










Mérida, mayo 3 de 1940

Sr. Dn. Alfredo Barrera Vázquez.

Director del Museo Arqueológico e Histórico de Yucatán.

Muy señor mio y amigo:



Habiendo encontrado después de prolongadas pesquisas (pues éstas a búsquedas estoy dedicado hace algún tiempo), unos manuscritos de gran importancia para acrecentar más y más la interesante Historia de Yucatán, sobre todo en sus asuntos no conocidos hasta hoy. Tengo el gusto de ofrecerle en venta para su conservación en las Archivos de ese establecimiento de su digno cargo, seis legajos antiguos y de gran interés que son los siguientes:

1. Un legajo grueso que contiene un copiador de Actas y órdenes del año de 1812 en tiempos del señor don Manuel Artazo y de su sucesor en el gobierno de Yucatán don Miguel de Castro y Araoz.



2. Año de 1815. Expediente relativo a la solicitud de don Idelfonso Montore, preso en el castillo de San Benito por ser adicto a la Constitución de 1814 solicita se le deje libre y contiene este expediente una proclama interesantísima y única de la Diputación Provincial de Yucatán.



3. Año de 1814. Expediente con la instancia y documentos necesarios presentado por el Regidor don Miguel Bolio para que se haga extensiva a él y a sus sucesores la gracia de optar el empleo de Alcalde con arreglo a la real orden de “GRACIAS AL SACAR”.



4. Año de 1814. Expediente formado con motivo de cálculo presentado al Gobernador de la provincia y por este, a la Diputación Permanente de Mérida para la fábrica de la casa consistorial o sea del Ayuntamiento. Lleva todos los comprobantes de gastos.



5. Año de 1814. Expediente formado con la acusación presentada por don José Matías Quintana al Alcalde de Primera elección por un remitido publicado en el periódico titulado “EL SABATINO”. Tiene el expediente encabezado, un ejemplar de dicho periódico “EL SABATINO que es el número 5 del sábado 29 de enero de 1814.



6. Año de 1820. Expediente formado con la solicitud presentada por el guardián del Convento Fray Juan Ruiz Madueño por considerar calumniosas unas publicaciones en el periódico el “MISCELANEO” periódico constitucional del Comercio de Mérida. Las publicaciones fueron calificadas calumniosas.

Como verá usted todos los manuscritos que anteceden son de una importancia histórica pues tienen más de 160 años y merecen por todo esto, que el Museo los conserve para consultas históricas.

Todos estos documentos se los ofrezco a usted por la exigua cantidad de $200.00 doscientos pesos moneda nacional. No omito manifestarle que todos estos tesoros históricos pertenecieron a una antigua familia de Campeche cuyos sucesores vive nada más una en Yucatán que es la que vende por mi conducto.

Espero que sea favorable la resolución y espera a sus ordenes se afecto amigo y su servidor.

Arturo Sauri y Reyes

jueves, 23 de febrero de 2012

Una polémica sobre la historia de Yucatán

Normalmente no podemos consultar los manuscritos de las obras de los autores contemporaneos, mucho menos de aquellos que desarrollaron su labor intelectual durante el siglo XIX, pero existen contados casos en los que han llegado ha nosotros estos trabajos manuscritos que anteceden a las publicaciones de libros y folletos. Dejamos al lector la novena entrega de los Tesoros de la Biblioteca Virtual de Yucatán.


Joed A. Peña Alcocer. "Una polémica sobre la historia de Yucatán" en PorEsto!, 20 Febrero de 2012.

Crescencio Carrillo y Ancona, obispo e historiador de conocida trascendencia, es autor de algunos de los textos más reconocidos sobre la cultura y la lengua mayas. Dotado siempre de la autoridad que su sapiencia le daba, pocas veces se vio en la necesidad de defender sus argumentos. Pero siempre existe una primera vez.


A finales del siglo XIX el obispo entablaría una polémica con uno de sus jóvenes discípulos, el historiador Juan Francisco Molina Solís. La prensa yucateca fue el lugar elegido para el duelo de historiadores. Se debatió sobre cuál fue primer obispado de México y sobre la cronología de importantes sucesos en la historia prehispánica de Yucatán. En todos aquellos puntos el joven historiador contradijo a su maestro, resultando victorioso únicamente en lo concerniente a la cuestión del primer obispado. Este debate llevó al prelado a publicar un suplemento a su Historia Antigua, defendiendo su posición. Poco tiempo después, Carrillo moriría. Presentamos ahora la trascripción del manuscrito de dicho suplemento, en el cual da muestra de su avanzado conocimiento sobre la historia prehispánica yucateca.


 





-Crescencio Carrillo y Ancona. “Suplemento a la Historia Antigua de Yucatán, primera y segunda parte”, Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, Fondo Reservado, Manuscritos.









Historia Antigua de Yucatán

Por

D. Crescencio Carrillo y Ancona

1883

Suplemento

1896



La ruina de Uxmal y la fundación de Maní

El nombre de Yucatán

 

I


En su “Historia del descubrimiento y conquista de Yucatán con una reseña de la historia antigua de la Península” nos hace el honor de impugnarnos el erudito autor, D. Juan F. Molina Solís, sobre los puntos que encabezan el presente artículo, aludiendo a lo que nosotros escribimos en nuestra obra “Historia Antigua de Yucatán”, publicada en 1883.

Con respecto al primero de los puntos, esto es, la ruina de Uxmal y la fundación de Maní, el Sr. Molina dice así:

“Acaso en la prolongada guerra que tuvieron que sostener los Xiues con los Cocomes, estos hubiesen alguna vez obtenido un señalado triunfo, tomando y arrasando Uxmal, pero de esta destrucción no se encuentra vestigio en las crónicas que menciona la fundación de Uxmal, mas no su ruina. El Ilmo. Sr. Carrillo y Ancona afirma, que la destrucción de Uxmal fue consumada durante el primer periodo de la guerra que sostuvieron los Cocomes contra los Xiues, pero no suministra las pruebas de su aserto; además supone que la fundación de Maní se verificó antes de la destrucción de Mayapán, contra la atestación tan precisa de Herrera, que establece de un modo indubitable, que Maní se fundó después de la caída definitiva de Mayapán y su imperio”.

En el capítulo I de nuestra obra, pag. 50, insertamos un documento maya de gran importancia: Principales épocas de la historia antigua de Yucatán.

Bien sabe el Sr. Molina lo que vale un verdadero Códice maya, un Chimal Balam. Este a que nos contraemos es tanto más notable cuanto que es debido al sabio yucateco D. Juan Pío Pérez, que fue quien lo descubrió, lo estudió, lo tradujo al español, lo analizó y lo hizo conocer a los sabios de América y de Europa, habiéndose traducido a diferente lenguas, como una de las mejores crónicas originales americanas. Pues bien en la fracción VII del texto y en el 8 VII del análisis, se lee lo siguiente, acerca de la fundación y caída de Uxmal, precisando el tiempo que duró, y cómo su término fue mucho antes que el de Mayapán. Dice así:

“En este Katún del 2º ajau se pobló Ahcuitok Tutulxiu en Uxmal: el 2º ajau, el 3º., el 11º., el 9º ., el 7º ., el 5º ., el 3º ., el 1º ., y el 10º ., ajau; esto es, doscientos años gobernaron o reinaron en el, con el gobernador de Chichén Itzá y el de Mayapán. La suma de años es esta: 200 años”.

“8 VII. Que en el 2º ajau se pobló Ahcuitok Xiu en Uxmal, y reinó en él con el gobernador de Chichén Itzá y el de Mayapán al 2-3-11-9-7-5-3-1-12-10 ajau. Corregida la numeración fueron los ajaues 7-5-3-1-12-10-8-6-4-2; y arreglados los ajaues a la cronología de la era vilgar, fueron en los años 936-960-984-1008-1032-1056-1080-1104-1128-1152; habiendo terminado el 2º ajau en 1176, a los doscientos cuarenta años de fundada porque su población fue en 936 (de la era cristiana) en que principió el 7º ajau, que es el primero de la corrección”

Y refiriéndose el mismo Códice a la ruina de Mayapán, la asigna como un siglo después de la de Uxmal, diciendo así: “X el 6º ajau, el 4º ajau, 2º ajau, 13º ajau, 11º ajau fue destruido Mayapán por los señores de los Uitzes (montañeses, Tutulxiues), y también fue destruido Tancah de Mayapán. 83 años” […].

Por estos datos verá el Sr. Molina, que no solo hablaron las crónicas de la fundación de Uxmal, sino también de su caída, y que esta caída antecedió de una manera cierta y en muchos años, a la de Mayapán. […]



 

















miércoles, 22 de febrero de 2012

La venta de mayas a Cuba durante la Guerra de Castas

Novena entrega de los Tesoros de la BVY.

Joed A. Peña Alcocer. "La venta de mayas a Cuba durante la Guerra de Castas" en Por Esto!, 17 de Febrero de 2012.

El conflicto vivido entre las poblaciones de origen indígena y de origen criollo a partir de 1847 poco logró de positivo. Si bien los indígenas demostraron que podían ser decisivos en los acontecimientos de la vida peninsular, es innegable que la guerra agudizó el sentimiento de rechazo que sentían por ellos los llamados “blancos”.



La primera década del movimiento fue la más conflictiva. Los ataques de indígenas no cesaron y fueron adoptando formas de combate aprendidas de las tropas del gobierno. Fueron muchas las soluciones que las élites políticas e intelectuales dilucidaron para la situación. La determinación final fue la de trasladar a Cuba a todo indígena capturado. Esta situación propició un aumento en la captura de campesinos; poco importaba si realmente habían participado en alguna acción bélica. De tal modo, la venta de indígenas a la isla de Cuba aumentó alarmantemente.


Ofrecemos al lector una parte del contrato que se hacía firmar a los indígenas una vez que estaban integrados a los contingentes que se dirigían a Cuba.


 






-“Formato: contrato de indios para trabajar en cuba”. Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, Fondo Reservado, Impresos.







EMPRESA DE COLONIZACION

DE

BRAZOS LIBRES EN LA ISALA DE CUBA.



Yo __________

Indio natural del pueblo __________ del Estado de Yucatán en la República Mexicana, de edad de _____ años, de oficio __________ y con autorización del Superior Gobierno y de conformidad con lo dispuesto en el decreto de veinte y cinco de Febrero de mil ochocientos cincuenta y nueve, declaro: que me he contratado libre y voluntariamente con ___________ vecino de Mérida, para embarcarme en el buque que me proporcione, y pasar a la Isla de Cuba, obligándome a dedicarme en ella a la orden del mismo señor por el término de ocho años contados desde el octavo día de mi llegada al punto de mi destino en dicha Isla, en los periodos y divisiones que establezca, no excediendo de dicho tiempo, para servir a la persona o personas que designe en toda especie de trabajos, ya sean en fincas de campo de cualquier clase, ya en caminos, fabricas, talleres, etcétera, o ya en servicio domestico, pues, me comprometo a trabajaren todo aquello a que se me destine y pueda ejecutar en doce horas de las veinte y cuatro del día y en aquellas faenas extraordinarias que están establecida para los jornaleros en los campos y poblaciones de la citada isla, dándoseme siempre el tiempo necesario para mi alimentación y descanso según costumbre.

Si yo llevase mujer se contrate libremente con el referido _________ se ocupará si es en el campo en mi cuidado y asistencia y además en las faenas ordinarias de su sexo según costumbre de la Isla de Cuba, y si es en las ciudades o pueblos en el servicio domestico, sin que nunca se me pueda obligar a prescindir de su compañía. Nuestros hijos, que tampoco podrán separarse de nosotros sin mi consentimiento, estarán bajo nuestro especial abrigo y protección hasta la edad de nueva años sin estar obligados a ninguna clase de trabajos, pero pasada esta edad hasta la de catorce años, aunque seguirán bajo nuestro abrigo, podrán ocuparse en aquellas cosas ligeras que puedan desempeñar.

El contratista por vía de gratificación o enganche habrá de pagarme el pasaje y manutención a bordo, gastos de embarque y traslación, etcétera, de mi persona y de mi familia, sea cual fuere la suma que esto importe, y sin que en ningún tiempo pueda deducirse por cuenta de mi salario o raciones ninguna otra cosa de estos gastos. El mismo contratista costeará sin cargarme nada en cuenta mi pasaje a este país con mi familia si quisiéramos retornar a el después de cumplir con nuestros compromisos.

En retribución de mi trabajo se me darán mensualmente cuatro pesos fuertes en moneda corriente, y además ración semanal de tres almudes de maíz siendo soltero sin familia, y seis siendo casado con familia, y diariamente una taza de café o atole endulzado para el desayuno, ocho onzas de carne salada, doce onzas de plátanos o raíces alimenticias, o algún frijol en lugar de estas raíces; todo cocinado con sal al usode la Isla o de mi país: si mi trabajo fuese en algún pueblo o ciudad se me dará la carne, arroz y frijol que sea de costumbre, o bien la ración señalada a los trabajadores del campo, si yo lo prefiriese.

Se me darán también gratis, así como a mi mujer e hijos, si los tuviese, ganen o no salario, dos mudas de ropa de algodón cada año, una chaqueta o chamarra de abrigo, dos sombreros de paja y dos pares de sandalias o alpargatas de cuero.

Recibiré también gratis y como donativo un cochinito para criar y dos gallinas, sin que en ningún tiempo pueda descontárseme su valor de mi salario o raciones. En la misma forma y con iguales condiciones recibiré una libra de picadura de tabaco.

Si cayésemos enfermos mi mujer, mis hijos o yo, nos curará un facultativo y tendremos toda la asistencia médica que este prescriba y requiera la enfermedad, no debiendo ser de nuestra cuenta los gastos que en ella se eroguen, sino por la del contratista, quien no podrá obligarnos a trabajar hasta después de haber sido dados de alta por el facultativo. Si la enfermedad durase más de quince e días, cesará el salario del enfermo hasta su completo restablecimiento.

Recibiré como gratificación del contratista por una sola vez al desembarcar en la Isla una muda de ropa completa, así como mi familia. […].


martes, 21 de febrero de 2012

Las colecciones del museo yucateco

El Museo Yucateco es una de las más connotadas empresas de resguardo del patrimonio yucateco, institución fundada en la segunda mitad del siglo XIX y que continuaría con su labor en el siglo XX. Presentamos la octava entrega de los Tesoros de la BVY, pero que para nuestro blog se nos ofreció con una transcripción un tanto más extensa.



Joed Peña Alcocer. "Las colecciones del museo yucateco" en PorEsto!, 15 de Febrero de 2012.

El siglo xix se distinguió por el cultivo de las artes y las ciencias. En Yucatán el deseo del progreso llevó a la apertura del Instituto Literario del Estado, fundado por el general Manuel Cepeda Peraza en el año de 1867. Para acrecentar el rescate patrimonial y mejorar la instrucción del pueblo yucateco, se agregó al instituto, en el año de 1871, el Museo Yucateco, el cual se dedicaría a la recolección y resguardo de las antigüedades y la bibliografía yucateca. Presentamos ahora el informe del Museo en el año de 1903.






Informe que el c. Presidente de la H. comisión de Instrucción Pública presenta al ejecutivo local, acerca del estado que guarda dicha instrucción en todos sus ramos el año escolar 1902-1903. Mérida de Yucatán, Imprenta Gamboa Guzmán, 1903. Fondo Reservado del Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, libros.










Museo Yucateco

Director interino: Sr. Miguel Gamboa.

Informe en los términos siguientes:

“Nombrado por el Superior Gobierno del Estado, Director interino del “Museo Yucateco”, por licencia concedida al Director propietario C. Lic. D. Arturo Gamboa Guzmán, cábeme la honra de informar a V.H. lo que sigue, acerca del estado que guarda dicho establecimiento.

En el mes de Diciembre último, acudí al Sr. Gobernador del Estado, manifestándole la necesidad que había de hacer en el Museo algunas reparaciones y mejoras, y aquel digno funcionario, cuyo celo por el bien público es tan notorio y patente, acogió favorablemente mis gestiones, y pasó la solicitud, que para llevar a cabo las reparaciones y mejoras aludidas le presenté, al estudio de la H. Legislatura, apoyándola y recomendando que se adicionase al presupuesto vigente una partida destinada al pago de los gastos que se erogasen. Como no podía menos de suceder, la H. Cámara, penetrándose de las sólidas razones aducidas por el Ejecutivo, decretó la susodicha adicción, señalando en el presupuesto de egresos del presente año, la suma de dos mil pesos que se invertirán en la conservación y fomento del “Museo Yucateco”, y facultando al Gobierno para ordenar los gastos que con este fin se hiciesen. De esta cantidad, únicamente se han gastado hasta la presente fecha, un mil cien pesos, habiendo remitido el suscrito, en su oportunidad, los comprobantes de su inversión.

Las reparaciones y mejoras llevadas a cabo, son las siguientes: en la sala principal, se reforzó el techo con once vigas de hierro, porque algunos de sus rollizos, viejos y rotos, amenazaban con un derrumbamiento, con lo cual se benefició también la Escuela Normal de Profesores, pues, como es bien sabido, el Museo ocupa dos piezas bajas del Instituto Literario del Estado, encima de las cuales se encuentran las que están destinadas a dicha Escuela Normal; se puso cielo raso, se pintaron las paredes y se colocaron las vidrieras en las ventanas para defender de los objetos del polvo de la calle; la puerta de entrada, antigua y descompuesta, se ha cambiado con otra de cedro nueva y sólida; un gran armario, con hojas de vidrio, que había en medio de dicha sala principal, se dividió en dos, para que pudiesen ser arrimados a los muros y quedase espacio bastante para colocar un hermoso mostrado de cristales, comprado en la suma de ciento cincuenta pesos. En la actualidad se están construyendo dos vidrieras para la misma puerta, cuatro marcos de cedro con sus vidrios para colocar unas telas impresas del antiguo Seminario de San Ildefonso, de esta ciudad, relativas a actos públicos de Filosofía y Física sostenidos en el mismo Seminario; cuatro cajas de cedro y cristales para la exposición de objetos, y diez y nueve marcos más, provistos igualmente de vidrios, para retratos hechos al creyón y litografiados. Pata el servicio de esta Dirección se ha comprado un escritorio y una prensa de copiar.

Las colecciones del Museo se han enriquecido considerablemente, teniendo yo la satisfacción de que en virtud de las gestiones que al efecto hice, se hubiese logrado adquirir varios objetos de Arqueología, Historia y Numismática, cuadros al óleo, manuscritos e impresos. Acompaño a este breve informe una relación de dichos objetos, dando noticia de su procedencia. Como se ve, alcanzan la respetable suma de ochocientos catorce, y entre ellos hay algunos que deben ser especialmente mencionados por su particular importancia, tales como la célebre cruz de Cozumel, que ha fijado la atención de sabios americanistas; las diez grandes cabezas de serpientes esculpidas en piedra y procedentes de las ruinas de Chichén-Itzá; el retrato al óleo del ilustre Gral. D. Manuel Cepeda Peraza, que implantó en nuestro suelo la forma de gobierno republicano democrático que nos rige y fundó el Instituto Literario del Estado, y el del insigne Obispo Dr. D. Crescencio Carrillo y Ancona, sabio historiador, a cuyos nobles esfuerzos debe Yucatán la fundación de este Museo de Antigüedades. Estos dos retratos son de tamaño natural, y de los llamados de tres cuartos. El eminente Dr. D. Justo Sierra, escribió las siguientes palabras en el año de 1845, en su periódico “El Museo Yucateco”, acerca de la cruz de Cozumel, que entonces se guardaba en la sacristía de la Iglesia de San Juan de esta capital: “A nuestro amigo el padre Aranda, capellán de aquella Ermita (San Juan), recomendamos el especial cuidado de conservarla, mientras que Dios mejora sus obras y se consigue la formación de un museo de antigüedades yucatecas, en que seguramente tendrá un lugar preferente esta celebre cruz de piedra”. Al colocar, pues, como últimamente hemos colocado, este celebre monumento histórico en nuestro Museo de antigüedades, dejamos cumplidos los deseos de aquel esclarecido yucateco.

En los momentos en que concluía el presente informe, tuve noticia de que, al ejecutarse en el patio principal del Palacio Episcopal de esta ciudad, las excavaciones de un sumidero, se habían encontrado diversos objetos arqueológicos. Inmediatamente me traslade al Obispado, y tuve la fortuna de cerciorarme de la exactitud de la noticia. El Sr. Pbro. D. Eulogio Suárez y Sal, a cuyo cargo está dicho edificio, interpretando el parecer e intenciones del Ilmo. Sr. Obispo Dr. D. Martín Tristchler y Córdoba, que actualmente recorre en visita pastoral las parroquias del interior, en el acto me entregó para el Museo todas las piezas encontradas, las que por desgracia no están todas enteras y de algunas tan solo pudo recogerse unos pocos fragmentos. Tanto los fragmentos como los objetos enteros, están ya depositados en el Museo y en conjunto ascienden a la cantidad de cincuenta y cinco piezas, que también van comprendidas en la sección respectiva de la relación que acompaño.

La colección de aves disecadas que existía en el Museo, se ha trasladado al Instituto Literario por disposición del Sr. Gobernador del Estado, en vista de que en ese plantel de educación ha de prestar mayor utilidad, porque servirá para el estudio de los jóvenes cursantes de ciencias naturales.

Esto es cuanto tengo el honor de informar a esa R. Corporación, protestándole mi profundo respeto.









lunes, 20 de febrero de 2012

El regionalismo yucateco

Dejamos a nuestros lectores la septima entrega de los Tesoros de la BVY. El documento del día corresponde a uno de los pilares de la literatura peninsular el Museo Yucateco de Justo Sierra O´Reilly, periodico que jugó un importante papel en la conformación de la identidad yucateca.

Joed Peña Alcocer. "El regionalismo yucateco" en PorEsto! 13 de Febrero de 2012.

Justo Sierra O´Reilly, prominente yucateco del siglo xix, dedicó su vida a la historia y la literatura. Muy conocidos son sus aportes sobre las causas de la Guerra de Castas de 1847; su obra Los indios de Yucatán es un referente obligado para comprender ese periodo de nuestra historia. En el plano de la literatura su labor no fue menor, siendo considerada precursora de la novela mexicana. Sus esfuerzos por brindar sus servicios al estado lo impulsaron a publicar en el año de 1841 su primer periódico literario: El Museo Yucateco. Las páginas de este periódico serían consideradas de ahí en adelante canon de la literatura yucateca.



Uno de los grandes méritos del periódico fue su orientación regionalista, manifiesta en su interés por demostrar a sus lectores la grandeza literaria, histórica y natural de Yucatán. Por ello El Museo Yucateco es piedra angular en la conformación del regionalismo yucateco. A continuación reproducimos uno de tantos artículos de tan importante periódico, donde la palabra “país” hace referencia a la tierra que vio nacer al autor, es decir, Yucatán.

 






El Museo Yucateco, tomo I. Campeche, Imprenta de José María Peralta, 1841. Fondo Reservado del Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán.










Antigüedades del País

Apenas se hallará un país tan abundante en ruinas, como Yucatán. Toda su extensión, que no es pequeña, está cubierta de ellas: unas que se conservan en partes, y cuya solidez ha desafiado los siglos, como las ciudades de Chichén Itzá, Uxmal, Kabah, Nohcacab, Kiuik, Mocoba, y compañía, otras no tan suntuosas, como, Aké, Zallí, Sabacché, Labpaak, Nezilna, y compañía, sin contar con la prodigiosa multitud de casas aisladas, que se hallan diseminadas por los montes a donde el vandalismo no ha llegado. Hay infinitos cerros o montículos de casas arruinadas, que sería fastidioso enumerar; y así me limitaré a citar algunos que son notables por su magnitud; tales son los de la antigua capital Mayapan, Xkox, Kinlacam y Sihó: omitiendo los de Mérida, por haberse destruido casi todos, pues solo quedan pequeños restos en San Cristóbal, en la casa del Señor Ruz, y en el que sirve de asiento al que fue convento de San Francisco que también está casi destruido, y probablemente en pocos años no quedará piedra sobre piedra, por la propensión vandálica de nuestros paisanos. Baste decir, que apenas se hallará templo, casa de ciudad, pueblo o hacienda, que no estén fabricados con piedras arrancadas de los preciosos edificios antiguos, o tomadas de los montículos que se han formado al destruirse los bellos Teocalies, soberbios palacios, y habitaciones suntuosas de los olvidados Mayas, o Itzalanos.

Pero lo que más debiera llamar la atención de los arqueólogos, es el laberinto que se halla en los mentes de Xcalcehtoch hacienda de la Señora Doña Nicolasa Peón, situada al oriente de Maxcanú, tanto por ser el único descubierto en todos el país, como porque puede contener sepulcros, en donde sin duda se hallarán vasos funerarios, armas y utensilios, pues todo esto se encuentra en los sepulcros; y aun podía darse a los Frenólogos, y sus observaciones echarían luz sobre la historia de los antiguos habitantes de esta península, cuyos descendientes tenemos a la vista, aunque en la última degradación, como se hallan los descendientes de los que ilustraron al mundo con sus luces; pero que tuvieron la suerte de no haber perdido toda su historia, lo que no sucedió con los Mayas. Pero ya que el espíritu investigador de nuestro siglo, pretende remover las cenizas de los hombres ilustres, cuyas obras admiramos, no hay otro medio más propio para trabajar con fruto, que formar un Museo que empezará por algunas piezas de barro, una u otra arma de pedernal, y algunas piedras simbólicas, que se hallarán cuantas se quieran en las ruinas, y principalmente en Uxmal. Un almanaque antiguo, es muy fácil encontrar, y en él se vería el ingenio y sutileza, con que arreglaban sus semanas de 13 días, sus años de 18 meses, y cada uno de 20 días, sus Katunes de una semana de años, sus ahaues de 52 años que son cuatro Katunes, su siglo grande de 260 años y compañía. Este será el primer manuscrito que tendrá lugar en el Museo, que empezará sin duda por muy poca cosa; pero dados los primeros pasos, dudo que hayan hombres ilustrados amantes de la prosperidad de su patria, que se rehúsen a contribuir para hacer excavaciones, que bien dirigidas, enriquecerán este establecimiento verdaderamente científico; y no tendremos el dolor de ver sacar nuestros tesoros por extranjeros, que quizá se burlarán de nuestras liberalidades, atribuyéndolas a estupidez. Imbéciles habrá que se burlen de nuestro Museo; pero con risa compasiva se les contestará: porque si nuestras antigüedades figuran en los Museos de Londres, París, Berlín, New York, y compañía, ¿por qué han de ser despreciables en nuestro país? resolvamos pues, y dentro de cuatro meses, en lugar de celebrar el glorioso grito de Dolores con fuegos artificiales, celébrese con la apertura de un Museo de antigüedades yucatecas.

(Remitido)



sábado, 11 de febrero de 2012

Diversiones para una ciudad moderna

La modernidad porfiriana abundó en formas nuevas para pasar los tiempos libres, ya sea en paseos, disfrutando de las nuevos artículos de entretenimiento o acudiendo a los espacios dedicados unicamente a divertir al hombre.

En Yucatán, Los Recreos de Itzimná fueron el espacio para la diversión que la modernidad demandaba. Agradecemos al autor el permitir presentar a ustedes la sexta entrega de los "Tesoros de la BVY".


Joed Peña Alcocer, "Diversiones para una ciudad moderna" en PorEsto! 10 de Febrero de 2012.

El desarrollo de la ciudad de Mérida durante el Porfiriato abarcó la pavimentación de las calles, el mejoramiento del drenaje y el embellecimiento de la ciudad, y a la par de ello el surgimiento de nuevas formas de emplear los ratos libres.


Una de estas nuevas diversiones que se ofrecían a los habitantes de la ciudad fueron los Recreos de Itzimná, que consistían en juegos mecánicos y de habilidades seleccionados para ofrecer un sano esparcimiento a niños, jóvenes y adultos. Aunque se tratase de diversiones, las exigencias porfirianas siempre requerían su utilidad; es por ello que los Recreos ofrecían mejorar las habilidades físicas de los niños, e incluso su salud; así los juegos no eran una ociosidad y sí una benéfica forma de pasar el tiempo. A continuación reproducimos la descripción de algunos juegos de los Recreos.







Guía y explicación de los juegos que se han instalado en el local de los recreos de Itzimná. Mérida, Imprenta Gamboa Guzmán, 1893. Fondo Reservado del Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán.


Plan general

El efecto que presenta a la vista el extenso local que lleva por nombre los RECRESO DE ITZIMNÁ, es bellísimo. Los edificios que se están levantando: la vistosa reja que los rodea: las aspas de las veletas que parecen llamar con sus largos dedos a los que las miran desde lejos: el gracioso grupo de naranjos y cocoteros que, como un oasis, adorna la extensa superficie ocupada por los juegos: el movible de viento que surte de agua los más apartados rincones: todo es atractivo y hermoso, y no hay quien no quede agradablemente impresionado al dominar el conjunto de este vasto campo de recreo, que a cosa de muchos afanes ha formado la <>, deseosa de proporcionar al público las ventajas de todo género que están al alcance de su posibilidad. Siempre se ha empeñado en conciliar sus intereses con los generales, y esta vez, cree haberlo conseguido de una manera satisfactoria. Desde que se comenzaron los trabajos, la gente ha concurrido a visitarlos y ha aplaudido sus avances. Al ofrecer, pues la obra al público no duda que merecerá su aprobación y simpatías porque está levantada bajo un plan que ha sido aprobado de antemano por las personas más entendidas.

El Razzle Dazzle

Parecido al de carrocel es el RAZZEL DAZZLE que consiste en un poste elevado, en cuyo extremo superior están sostenidas unas cabillas que caen para abajo, formado la armazón de un paraguas. De las cabillas cuelgan unas bancas en que se sientan los que quieren disfrutar de la rotación horizontal que se comunica al paraguas por medio de una cuerda. Las personas que lo ocupan tienen la cara para adentro. Las bancas están á dos metros de altura del suelo. La impresión que se siente cuando el movimiento es ligero, es deliciosa. La boca se abre sin querer. Los pulmones se agitan y le parece a uno que va volando como los pájaros. Cuando se acaban las vueltas quiere uno volver a empezar para disfrutar la sensación de fresco que encuentran en las regiones etéreas las veloces golondrinas.

Tiro de Fantoches

A poco trecho se encuentra un aparato lleno de muñecos, algunos de los cuales tienen un número. El jugador, con una cola, tira a los fantoches, y si voltea a alguno recibe el premio correspondiente a su número. La ventaja de ese tiro y del anterior, es acostumbrar a los niños a cazar pájaros y animales pequeños, sin usar armas de fuego. Se ha visto muchacho tan hábil y aprovechado, que algún tiempo después de haberse dedicado al tiro de fantoches, llegó a ser tan certero, que con piedras redondas, cierto día, mató palomas y conejos para un almuerzo, lo cual fue muy económico para su familia y muy divertido y honroso para él. Con seis meses de práctica un niño aplicado estará en aptitud de matar a media noche, un murciélago volando.

Cochecitos tirados por caballitos.

En departamento a propósito, y bajo la vigilancia de personas entendidas y cuidadosas, circularán curiosos coches de graciosas proporciones en que podrán pasear niños y niñas, con entera confianza a la vista de sus padres. Los caballitos serán mansos, como si fueran de palo y el piso no ofrecerá dificultades como el de ciertos caminos que ya no se componen con la esperanza de que se sustituyan por ferrocarriles. Es digno de notar que en los RECREOS DE ITZIMNA, quedarán satisfechos todos los gustos y todas las necesidades. Muchas familias ven con pena que el niño o niña en quien cifran sus esperanzas y sus más dulces afectos, se pone delicado y enfermizo, y aunque el médico receta distracción y paseo en coche, no pueden cumplir las prescripciones facultativas porque los recursos no lo permiten. Yendo a Itzimná se encontrará todo lo que se desee. El niño muy chico paseará en coches tirados por chivos. El niño grandecito, ocupará los tirados por caballitos, y aunque el estado de algunos de ellos sea tan grave que no pueda soportar esta clase de paseos, la sola concurrencia a un lugar como el que ofrece la <> será bastante para influir de una manera poderosa en la salud. Quien no la tenga la recobrará ahí, y quien posea la dicha de disfrutarla, la conservará aspirando el aire del campo y entreteniéndose con la variedad de los juegos y la alegría del movimiento.



viernes, 10 de febrero de 2012

El primer periodico yucateco

La prensa yucateca tiene ya más de un siglo de haber iniciado su historia, el año de 1813 marcó el nacimiento de la primera publicacion periodica producida en tierra peninsular. Como quinta entrega de los "Tesoros de la BVY" se nos ofrece un acercamiento el que fuera el primer periodico redactado en nuestras tierras.


Joed Peña Alcocer, "El primer periodico yucateco" en PorEsto! 8 de Febrero de 2012.

Alfredo Barrera Vásquez publicó en el Diario del Sureste, el 20 de noviembre de 1937, un artículo titulado “Apuntes para la historia peninsular: ‘El Aristarco’ no fue el primer periódico impreso en Yucatán”, donde argumentaba que El Aristarco Universal, cuyo primer número apareció en abril de 1813 y era considerado el primer periódico impreso en Yucatán, era realmente el segundo. El distinguido mayista había descubierto una corta edición de El Misceláneo correspondiente a marzo del mismo año, hallazgo que llevó a cambiar la historia de los inicios de la prensa en la península.


El Misceláneo se dedicó a informar sobre el acontecer económico y mercantil, pero sin descuidar la instrucción. Es importante tener presente que para el año de 1813 aún no se había conseguido la independencia de España, y el periódico que nos ocupa da noticias de eventos políticos directamente relacionados con la metrópoli hispana. Reproducimos ahora una nota correspondiente al número 2 de tan interesante periódico yucateco, el primero de muchos que le seguirían hasta el día de hoy.









El Misceláneo, periódico instructivo, económico y mercantil de Mérida de Yucatán. Miércoles 3 de Marzo de 1813. Fondo Reservado del Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán








EDUCACIÓN PÚBLICA

Uno de los primeros encargos de la diputación de provincia es formar la división de esta en partidos de a 25000 almas, la que aprobada por las Cortes nos traerá inmediatamente 25 jueces de letra por lo menos, si cuando estos lleguen, hallan a los pueblos tan rústicos, tan ignorantes de sus derechos, tan acostumbrados a llevar el yugo del despotismo como lo están en el día, la provincia será perdida: los jueces letrados, no hallando en toda ella una autoridad que pueda contenerlos en los límites de la suya, viéndose distantes de la Audiencia centenares de leguas, mandando en pueblos incapaces de costear tan largos recursos, libres del freno que pudiera imponerles el espíritu público, si fuese ilustrado. Serán otro tanto tiranos, colocarán a sus satélites en los ayuntamientos y aun en la diputación de provincia, y estos cuerpos que por su instrucción debían producirnos la felicidad, se convertirán en instrumentos de opresión y entonces en lugar de una docena de ladrones que antes engordábamos cada quinquenio, tendremos que saciar la codicia de dos otras docenas de otros, tanto más peligrosos que los anteriores cuanto más autorizados, más libres y más astutos para revestir sus maldades y depredaciones con todo el aparato de la justicia. La esperanza en la integridad y rectitud de los jueces es un consuelo bien miserable. El hombre que no halla más obstáculo que su conciencia para oprimir a los demás, muy pronto desea ser opresor. El único arbitro capaz de evitar los males que los amenazan en esta parte, o de abreviar su plazo, es formar el espíritu publico promoviendo la educación y enseñanza de la juventud, que en el día se mira tan abandonada, que en toda esta provincia, cuya población se carca a un millón de almas, solo hay un seminario sin plan, sin dirección, sin estimulo ni protección, y seis u ocho escuelas de primeras letras en Mérida y Campeche. Las que en los demás pueblos tienen este nombre, solamente son arbitrios que se toman algunos ignorantes y ociosos para no perecer de hambre; y por lo común no hay otras escuelas que las de los maestros indios, cuya enseñanza toda esta reducida a gritar por las mañanas en su bárbaro idioma a las puertas de la iglesia en un tono fastidioso y tal vez ebrios palabras que no entienden. Al jefe político superior y a los ayuntamientos de la provincia incumbe la estrecha obligación de mejorarlas y aumentarlas, y no sabemos de tantos como se han formado, que alguno hubiese tomado en consideración un punto de tanta importancia. Recordemos al jefe político la responsabilidad que en esta parte le imponen las leyes mandándole establecer escuelas castellanas en todos los pueblos so cargo de resistencia, y lo hacemos con tanto más gusto cuando sabemos que solo se necesita indicarle su deber para quedar empeñado en su cumplimiento con todo el celo y actividad que forma su carácter, y que ahora podrá emplear más libremente, desembarazado de otras atenciones con la supresión del juzgado privado de indios y con la limitación de la capitanía general a solo el ejercicio de la jurisdicción militar. Recordamos a los ayuntamientos la obligación que la Constitución les impone de cuidar de todas las escuelas de primeras letras y demás establecimientos de educación, y el interés con que deben desempeñarla, si se han de mostrar dignos de la confianza que de ellos han hecho los pueblos. Solamente su ilustración puede calmar nuestros temores, aun hacer útiles los jueces letrados, en cuya clase, y por desgracia de esta profesión y también por la nuestra hay metidos de gorra innumerables sin los reconocimientos y propiedad que debían caracterizarlos. Mejorará también las costumbres, si es verdad que todo abuso nace del error y todo delito público o privado no es otra cosa que un errado cálculo del espíritu.



miércoles, 8 de febrero de 2012

Mérida en el siglo XX


La fotografía forma parte de aquellos documentos históricos de más facil apropiacion y aismilación de parte de la sociedad, por ello desde unos años atras el Ceantro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán a agregado a sus fondos documentales el Audio Visual, encargado de resguaradar el patromonio de este género perteneciente a los yucatecos.

 El Fondo Audiovisual a sido fuerte impulsor de la difucion de sus contenidos, realizando exposiciones en ciudades como Mérida, Valladolid o Izamal, demostrando que la fotografía no unicamente debe ser tratada como un objeto de recuerdo, sino tambien como un documento importante para la reconstrucción de la historia peninsular. Dejamos a continuacion la cuarta entrega de los "Tesoros de la BVY", entrega dedicada al Fondo Audiovisual y a las dedicadas persobas que ahi trabajan.

Joed Peña Alcocer (selección y notas). "Mérida en el siglo XX" en PorEsto! Lunes 6 de Febrero de 2012.

La fotografía fue uno de los grandes progresos del siglo xix. Concebida en un principio como herramienta científica, dada su capacidad de capturar la realidad, con el paso del tiempo fue ampliándose su uso. La prensa rápidamente echó mano de ella, con lo que se transformó en fuente de veracidad periodística, al tiempo que se suscitaba un debate sobre sus cualidades artísticas.


Es indudable que la fotografía logró salir del campo de la ciencia y la prensa para ser parte de la vida cotidiana. Las imágenes que ahora presentamos nos hablan de un fotógrafo que jugó con luces y sombras; que capturó los sutiles detalles de la hermosa arquitectura meridana, y que demuestra cuánto hay de artístico en la fotografía.

Las imágenes seleccionadas corresponden a la Catedral vista desde el Palacio de Gobierno, la casa cural de la Catedral sobre la calle 58, los corredores altos del Hotel Itzá (que se ubicaba en el número 495 de la calle 59) y una peculiar imagen del convento de Nuestra Señora de la Consolación (mejor conocido como el convento de Monjas).

Estas fotografías, además de mostrarnos imágenes de lugares conocidos, nos ayudan a comprender el proceso de urbanización de la ciudad, la decoración de antaño, el porqué de la reputación de ciudad blanca y el estado de conservación del patrimonio yucateco en la primera mitad del siglo xx. Esperamos que también contribuyan a la reflexión sobre la ciudad que tuvimos, la que tenemos y la que deseamos tener.

 
Enrique A. Cervantes. Álbum Mérida. Fondo Audiovisual del Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán.



Catedral vista desde los bajos del Palacio de Gobierno. CAIHY, FAV.


Casa cural a espaldas de la Catedral. CAIHY, FAV.


Hotel Itza. CAIHY, FAV.




Techos del Convento de Monjas. CAIHY, FAV.