viernes, 18 de enero de 2013

Sobre la libertad y el escribir


Una de las máximas del cristianismo argumenta que la verdad nos hará libres. El ser libres es uno de los anhelos más profundos de todo ser humano, la existencia de ese deseo responde al temor de la esclavitud, a la reducción de las capacidades del hombre a la mínima expresión.

Sin libertad implica no pensar, no poder hacer uso de nuestras capacidades intelectuales y en un punto máximo carecer de la posibilidad de actuar. La escritura ha sido considerada por muchos como una muestra de libertad, la pluma que no se doblega, el escrito que no tiene más régulos que la razón, donde la palabra no es atada a la roca de la imposición.

La libertad no es el simple hecho de ejercer, en el mundo de los que escriben las cosas no son así. Implica una serie de premisas que van más lejos de lo fáctico, en el terreno de las ideas tienen sus reales; es un compromiso de todo escritor, entendamos esto como la capacidad que tienen el hombre de usar las palabras para crear, para hacer de la pluma el generador y el papel el trasmisor de un discurso que lleve la voz de todos aquellos que no poseen la libertad de decir, de hacer.




Es tal la libertad de la pluma que los regímenes autoritarios, las dictaduras buscaron desaparecer. Los libros representan para estos sistemas de gobierno un lastre en tanto no se encuentren en la hoguera. El escritor pudo hacer de la libertad un derecho universal en la medida que sus textos fueron voz de aquellos que no pudieron levantarla. Pensemos en un caso extremo, que aunque exagera en algunos puntos es un ejemplo claro, México bárbaro de John Kenneth Turner denunció la esclavitud en el campo mexicano durante el Porfiriato, sus escritos fueron detonante de la búsqueda de la libertad. En la actualidad existen escritores que con deseos de llevar la liberad son privados de ella.

La universalidad del derecho a la libertad llegó cuando nos dimos cuenta de que no todos éramos libres. Einstein en De mi vida y pensamiento nos coloca los elementos para comprender la razón por la que no todos somos libres. La dificultad de vivir juntos es una característica que las sociedades tienen, pensemos en los estados racistas, en la persecución religiosa, en los atentados en contra de los activistas, ¿no son acaso muestran de intolerancia a la libertad?

El escritor desde su trinchera debe usar sus textos como vehículo trasmisor de los deseos de libertarios, señalar dónde existe esclavitud de pensamiento o de acción para hacer surgir la búsqueda de la libertad. Mientras los que escriben tengan libre conciencia y pensamiento, mientras no se dobleguen ante el poder hegemónico y puedan transmitir parte de su ser en sus escritos el camino se hará más fácil.

Carlyle escribió que el poeta era un héroe, los hombres que llegan a ser conocidos como tales tienen como característica la búsqueda de la libertad. El escritor como héroe tiene la misión de dar la voz al pueblo, al conjunto de hombres y mujeres que viven cerca de él, que padecen y buscan mejoría en sus condiciones de vida.

Los intelectuales mexicanos de principios del siglo XX, influidos muchos por la Revolución, plasmaron en sus novelas, cuentos y ensayos la voz de los desprotegidos. No por nada a la Revolución se le pone el apellido de social.

No conoceríamos la libertad si no supiéramos de la esclavitud. La labor de escribir cuando tiene compromiso libera a quien la ejerce y beneficia a quien lee.

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