Joed
Amílcar Peña Alcocer en PorEsto!, 23 de diciembre de 2012.
Para Navi y Raúl, de quienes soy uno de
sus hijos mayores.
Para Amada y Ricardo, de quienes soy uno
de sus hijos menores.
Escribir,
de manera más puntual el historiar, tal es el oficio que elegí. Se trata de una
de las labores más antiguas que los hombres han desarrollado a lo largo de su
existencia. Desde los primeros registros en arcilla, pasando por la pluma y la
tinta, el género humano ha sentido una increíble fascinación por escribir, por
registrar el presente e interpretarlo.
Los
que escriben son llamados de manera genérica escritores, independientemente si
la pluma es docta académica o generadora de literatura. Cuando escribimos
entramos en un diálogo profundo, en una exploración de nuestras capacidades
intelectuales, de la razón e imaginación; confluyen en un mismo momento, el de
la creación, muchas de las capacidades humanas poco frecuentadas y que por lo
avasallador del capitalismo no pocas veces devienen en individualismo.
Werner
Jaeger, destacado filólogo alemán, dirigió una carta a Alfonso Reyes llamándolo
"amigo en tierras lejanas" y en otras tantas se refiere a él como
"ideal de una vida humanista", los encuentros entre ambos se cuentan
con los dedos de una mano. La prolífica obra de Alfonso Reyes descubrió al
académico alemán cómo la escritura hace que el hombre se descubra a sí mismo,
es por lo tanto el escribir un ejercicio de autodescubrimiento, de exploración,
de presentarnos a los otros.
Explorar,
descubrir y revelar al hombre tiene por antonomasia responsabilidad, compromiso.
El escritor debe asumir un compromiso, pero ¿qué compromiso es ese? Octavio Paz
escribió que "la primera virtud de la poesía, tanto para el poeta como
para el lector, consiste en la revelación del propio ser. La conciencia de las
palabras lleva a la conciencia de uno mismo: a conocerse, a reconocerse. Y ese
mismo lenguaje, que es la conciencia del poeta, lo impulsa finalmente a
convertirse en conciencia de su pueblo", creo que las anteriores palabras
son válidas para todo género de escritura.
Una
conciencia de libertad debe permear todo trabajo académico e intelectual, debe,
bajo ese compromiso, traducir la realidad a una expresión comprensible de la
cual se pueda apropiar la sociedad. La crítica es fundamental, la ausencia de
ella es ausencia de la libertad, nos lleva a orillas lejanas de toda
influencia, nos hace independientes de pensamiento y evita el hombre se pliegue
a la imposición, haciéndonos encontrar así nuestra conciencia. Desgraciadamente
existen hombres de letras que rehúyen a su compromiso social, que piensan que
la literatura es sin más literatura, esto es únicamente deleite ante
expresiones más o menos agradables.
¿Acaso
no es todo hombre producto de su tiempo? Por ello resultan risibles las
posturas que desvisten a la literatura de un valor más que literario, hacen de
la escritura un elemento exógeno al tránsito histórico del hombre. Semanas atrás
un escritor al referirse a un reconocimiento que se le otorgó lo llamó
"premio de literatura y no de política" evitando hacer declaraciones
inherentes a la libertad de un compatriota suyo, con ello desproveyó al
escribir de la libertad de conciencia, de afirmar, de denunciar y volver a sus
escritos portadores de la conciencia de su pueblo.
El
hombre que escribe debe asumirse como capaz de mover al interior de donde se
encuentre la conciencia de los hombres. Si los que escribimos consideramos que
nuestra tarea es entregar textos con orden, forma y contenido como máxima regla
erramos grandemente, la tarea es hacer de los escritos una representación de
nuestra realidad, de la realidad de nuestra sociedad y con ello llevar en los escritos
las necesidades, anhelos, esperanzas y exigencias de la sociedad, ¿acaso no eso
han hecho los escritores revolucionarios de todo el mundo?
De
ustedes provengo. Maestros, socialistas e incluso comunistas, glorias
deportivas de nuestra región, hombres y mujeres de compromiso con nuestro
pueblo. Amada y Ricardo, en ustedes y sus padres se congregaron afanes
revolucionarios de principios del siglo
XX; Navi y Raul, ¿acaso en los últimos años no fueron sus voces portadoras de crítica e iniciativa? todos ustedes son
portadores de un humanismo que intento traducir a la labor de historiar, de
escribir.
Mérida/Yaxcabá,
20 de diciembre, día del escritor, de 2012.
Hola, Joed, juzgo excelente esta misiva sobre el arte de escribir. Desde el momento en que me encontré con esta nota tuya, no desví la curiosidad de leerte, y mi criterio es que has pasado de un chico inteligente a un profesional aplicado (pues te conocí desde niño). Felicidades. Te recomiendo, si tienes un chancesito por ahí, y te es relevante, leer una de las cartas que Martín Lutero le escribe a la curia del Óbolo de San Pedro cuyo título musita: "Misiva sobre el arte de interpretar. Saludos, hermanito.
ResponderEliminarOveth Hernandez S.
Muchas gracias Oveth, es un gusto recibir un mensaje tuyo como el que me has dejado en este medio. No olvido que desde niño te conocí, han pasado años y los recuerdos no se esfuman, al contrario, se afianzan. Escribir es lo que elegí y mi mamá no deja de decir que tu frase de "deje que estudie historia o antropología, le ayudará mucho" fue todo un acierto. Con gusto leeré la carta que me mencionas, una de las cosas que más me gustan son las cartas, los epistolarios. Saludos hermano y espero pronto podamos vernos. Joed.
EliminarRecibido. Estaré más pendiente de tus publicaciones, y seré tu crítico, sale? haha. Saludos
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue hermoso escrito maestro, fue realmente muy reflexivo y motivador, no solo en el área de la literatura, si no en todas las áreas, pues a mi parecer hay que saber realmente el significado de lo que se está haciendo, ¿Para qué lo hacemos? ¿Cuál es el motivo? hay que tenerlo muy claro y no dejarnos guiar por algo que "aparenta ser el motivo". Encontrar lo que realmente nos mueve como personas y seres humanos, realmente me hizo pensar muchas cosas sobre lo que estoy estudiando. Inspirador, esa sería la palabra que utilizaría para describir su nota, espero leer otras más de usted y espero me avise. saludos! :D
ResponderEliminarMuchas gracias Geo. Todos tenemos un compromiso, una razón de ser y por quienes ser. Escribir es un acto intelectual y espiritual. La pedagogía y la docencia tienen alcances inimaginables que solo pueden ser conocidos por personas, que como tú, tienen una conciencia renovada en relación al compromiso con la sociedad. Estoy seguro que en ti existen los elementos para poder hacer de la enseñanza uno de los actos de mayor utilidad a la sociedad, tienes delante un panorama amplio, de complejidad apabullante, pero saldrás avante.
EliminarSe revolucionaria, mueve conciencias y da lo mejor de ti :D