Desde
la novela hasta la investigación histórica, este ha sido el camino que la
figura de Carrillo Puerto ha transitado. Ha sido tildado de apóstol, mártir e
incluso de reaccionario, lo único en lo que se ha coincidido es en la creación
de una memoria profunda, particular, especial y mítica. Analicemos pues como es
ahora un hombre el que se transforma en la memoria de todos.
Carrillo
Puerto nació en la ciudad de Motul en el año de 1874 su padre fue Justiniano
Carrillo Campos, quien fuera soldado durante la guerra de castas, pero que
renuncio a las condecoraciones otorgadas porque solo eran recordatorio de los
indios que mato. Este incidente fue importante en la vida de Carrillo, ya que
en la inauguración de la carretera a Chichen-Itzá el dijo lo siguiente:
Este
compañeros, era mi padre, y me encareció que mientras existiera un poco de
sangre en mis venas nunca hiciera nada malo a mis compañeros mayas y los mismo
aconsejó a todos sus hijos y a todos los muchachos del pueblo.[1]
Desde
el inicio de su vida se le ha ligado a los mayas, ya sea que lo haga un
literato o algún hombre interesado en reconstruir la vida del dirigente
yucateco, así como la revolución mexica como movimiento tenía que ser ligada al
pasado libertador de los pueblos, también carrillo puerto debió ser unido a los
indios a los que liberaría.
Uno de
los ejemplos que encontramos dentro de la literatura sobre la construcción de
la imagen de Carrillo Puerto como el libertador del pueblo maya se encuentra en
la novela La Tierra Ensangrentada de
Antonio Magaña Esquivel, esta novela es ya una muestra de la memoria que gira
en torno a Carillo Puerto, ya que se le presentan sus nexos con la raza maya a
la que l defendía, no por medio de su sangre pero si por medio del sufrimiento
y del trabajo.
El
escritor crea un cumulo de personajes que en la novela moldearan la figura del
revolucionario, como el personaje de su amiga india a la que él llamaba X´batab
y que en la novela quien le enseña la lengua maya, agregando el escritor que él
“parecía haber heredado el secreto de la
tierra[2]”.
Como
se ha dicho anteriormente, la memoria es la experiencia y lo que consideramos
la realidad, en los primeros capítulos de la novela se muestra la figura de
Felipe Carrillo como un luchador, como un defensor del pueblo maya, pero marcan
la experiencia como una parte importante del desarrollo de la personalidad. Lo
hacen cercano al maya, los mayas lo conocen, pero como se argumenta en la
novela, el no conoce bien a los mayas, por ese motivo un trabajador que escapa
de una hacienda le relata las desgracias, la desolación y tortura que los mayas
viven bajo el yugo de los hacendados. Es en este momento cuando el escritor quiere
que entendamos que el héroe vio al oprimido, vio las huellas de la tortura, los
ojos que vieron la muerte[3].
La
novela es una muestra de la memoria que nos construimos y que deseamos esté en
los demás. Carrillo Puerto es entonado como el hombre que tiene los ideales de
la revolución, es la imagen del libertador. El pueblo obtiene un héroe que es
identificado y aceptado como el que lucha en contra de los ricos y a favor de
los pobres como en su momento lo fueron Zapata y Villa en el imaginario
popular.[4]
Las Ligas de Resistencia permitieron
conservar las luchas por ideales socialistas, otras tantas se debilitaron, pero
no desaparecieron. Estos grupos organizados
animaron la vida política y cultural de sus respectivos pueblos, algunas
de ellas al expedirse la ley de educación racionalista denunciaron el
incumplimiento de la misma por los profesores de sus hijos y, en los álgidos
momentos de la política local, fueron los bastiones de defensa de los derechos
de los ciudadanos yucatecos, motivo que animó la animadversión de quienes no
congeniaban con los planes del gobierno socialista de Yucatán.
Ejemplo de lo anterior son Acrelio
Carrillo, secretario de la Liga de Resistencia de pequeños y medianos
productores de henequén, y Benigno Mendoza,
tesorero de la Liga de Yaxcabá, que relataba a sus hijos y nietos como él y sus
compañeros se escabullían en la oscuridad de la noche por los montes del
poblado para no ser visto por los liberales y cumplir así lo dispuesto por la Liga Central.
La inauguración del "Teatro
Social"
La obra de Felipe Carrillo Puerto ha
sido abordada, primordialmente, desde los estudios de historia política y, en
fechas más recientes, desde la historia social. Dentro de estos estudios las
Ligas de Resistencia han sido parte fundamental para comprender el desarrollo
de la política y los juegos del poder, pero se ha descuidado un tanto la
función de las mismas en el plano de la educación y la cultura. Tierra es un claro ejemplo del alcance
de las políticas culturales que Carrillo Puerto y sus colaboradores
emprendieron.
Un hecho significativo durante la
gestión de Felipe Carrillo fue la inauguración del "Teatro social",
que sería un nuevo espacio en el proyecto de conferencias y encuentros que n
propagaban los ideales socialistas. El discurso de inauguración del teatro
señalaba su función, ser un espacio de diversión para los miembros del Partido
Socialista del Sureste y ser parte importante de los triunfos del partido:
Para la Liga Central, es un gran acontecimiento éste.
Hacía muchísimo tiempo que venía laborando para la construcción de un Teatro, a
efecto de que todos los compañeros que perteneces al Partido Socialista del
Sureste, vengan a él para divertirse y procurar un rato de amenidad a su vida,
después de las labores arduas que tienen que desarrollar durante el día.
Para la Liga Centra de Resistencia, es de grandísima
trascendencia esta noche, porque venimos a inaugurar un Teatro hecho por el H.
Ayuntamiento de Mérida, por compañeros nuestros, así como un estanque que está
a la disposición de todos ustedes para que unos vayan a él a ejercitarse en la
natación y otros vengan aquí a aumentar sus conocimientos.
Queda, pues, en el nombre del proletariado, inaugurado el
Teatro de la Liga, que será sin duda, la mejor escuela para los triunfos del
socialismo.[5]
Fueron
los espacios de disfrute y educación una parte importante en el gobierno de
Felipe Carrillo Puerto.
La educación revolucionaria y la
revista Tierra
El año de 1923, en su día primero de
mayo, vio regocijarse al espíritu socialista yucateco, ya que nuevamente salía
a circulación la emblemática revista Tierra,
órgano de difusión de la liga central de resistencia. El primer número, en la
tercera etapa de la publicación, principia su andar diciendo que:
Tierra aparece de nuevo en el estadio del Partido
Socialista del Sureste, con los mismos bríos y esperanzas de ayer, con el mismo
entusiasmo del pasado, a ser el paladín de la buena causa, el abanderado de la
doctrina roja.
Al iniciar esta nueva etapa piensa con los oprimidos que
el socialismo no puede morir por que lleva savia eterna de humanidad en las
venas, como que es la ingente savia de las mayorías, la voluntad del pueblo de
Nachi-Cocom, de nuestro querido pueblo que rotura el campo, corta el verde
henequenal, mueve el taller, levanta el muro, bate el martillo del
proletariado, y en una palabra, edifica la colmena futura n donde no haya
zánganos y todos sean laboriosos y felices.
La orientación es clara en la revista,
auspiciada por el Departamento de Cultura de la Liga Central de Resistencia
dirigido por el profesor Edmundo Bolio. La intención es publicar en sus páginas
todo lo referente y relevante sobre el pensamiento socialista, teniendo así un
contenido político, pero no por ello descuidando la cultura y la educación. A
lo largo de la revista el tema educativo fue tratado constantemente, mostrando
el alcance cultural del proyecto emprendido por Felipe Carrillo Puerto y sus
colaboradores.
David Vivas publicó en el número tres
de la revista el artículo “Huertas escolares”, donde se alegraba de la
instauración de estas en las escuelas primarias yucatecas, en opinión de Vivas
las huertas escolares resultan de suma importancia porque:
El ingente deseo de aumentar y mejorar nuestra producción
agrícola, palpita desde hace largo tiempo en los corazones yucatecos y huelga
decir que además de estos nobilísimos órganos, tenemos otros que con más
vehemencia reclaman, para llenar
debidamente sus funciones, el mayor incremento del cultivo de la tierra.
La educación en la huerta, incluida en
la propuesta racionalista, encuentra en las páginas de TIerra uno de los medios más eficaces de propaganda y de
justificación de su aplicación, que a ojos de los profesores revolucionarios
lograría subsanar muchas de las carencias alimentarias y de producción de
Yucatán. En pocas palabras, la educación fue considerada como un factor clave
en la consecución de los proyectos revolucionarios.
La concepción de enseñanza revolucionaria se hace evidente con una
colaboración especial de Fernando Gamboa Berzunza para la revista, titulada
“Pedagogía Revolucionaria”. El texto señala que la mejor forma de evaluar los
resultados de la escuela no se encuentra en los exámenes y sí en la vida
posterior a las aulas, ya que la aplicación del conocimiento obtenido y la
práctica de valores enseñados deberán ser visibles en el entorno social. El
autor argumenta que muchos de los males tienen su origen en la:
Escuela que tolera la pasividad material del conjunto;
que alienta un verbalismo avasallador y que causa el tan conocido surmenage
intelectual, de momento; provoca un desarrollo intelectual exótico para la vida
real, cuando no una hipertrofia cerebral en aquellos infelices a quienes pide
lo que nunca pueden dar.
La educación práctica, activa y ligada
a la vida cotidiana del estudiante es aquella que, en pensamiento del autor,
puede sacar adelante a la sociedad del estado en el que se encuentra. La
propuesta principal es lograr hacer del estudiante un individuo con iniciativa
y acción, logrando tener actividades que armonicen con “el desenvolvimiento
integral de la naturaleza humana”. En resumen la buena enseñanza debía tener
tres elementos indispensables: el primero que la técnica escolar se voltee de
raíz, el segundo que el programa de estudios deje de construir los problemas de
aprendizaje desde lo abstracto y como tercer punto el profesor debe dejar de
ser un almacenador de conocimiento para pasar a ser un guía y observador.
Esta preocupación, por hacer de la enseñanza
un proceso activo, se vio reforzada con la creación de talleres en las
escuelas, de huertas escolares y la creación de bibliotecas en las poblaciones,
sobre lo último se publico en el número 5 de la revista un reporte sobre las
bibliotecas públicas yucatecas, donde decía que “El Gobierno de Yucatán,
consciente de su deber de educar y redimir al pueblo, ha establecido y regado
por doquiera libros y bibliotecas populares que cada día se acrecientan,
tomando incremento sobre todo entre el elemento obrero que, al agremiarse, lo
primero en que piensa es en la biblioteca de la sociedad naciente.”
Esta iniciativa tuvo como respaldo el
interés político, pero ante todo el cultural y educativo, señalando que los
libros “aumentan nuestros conocimientos y estimulan nuestra actividad,
comunicándole motivos e intereses nuevos y transmitiendo valores que actúen
sobre la voluntad y la conducta”. La lectura pasa de ser, según la cita
anterior, un mero acto de hacernos de nuevos conocimientos, ayudando ahora a
generar motivos e interés que en lo ideal traen como resultados acciones de
progreso.
La educación revolucionaria era
considerada como aquella que diera lugar al movimiento, al cambio y lograra
desposeer al hombre de las ataduras de la mente, de la inactividad. La
integración del país, la salida del estancamiento económico y la inestabilidad
social que se vivía en algunos sectores solo podría ser solucionada por la
correcta orientación de la sociedad.
Es fácil notar que las propuestas
educativas de los artículos de Tierra
fueron un punto de apoyo a las políticas de Carrillo Puerto, en cada una de
ellas es visible el afán trasformador de la Revolución y sobre todo del
constante análisis de las labores del docente y sus medios de enseñanza. Las
preocupaciones educativas del magisterio yucateco tuvieron en la páginas de la
revista un medio importante de difusión y seguramente ayudaron a despejar no
pocas mentes preocupadas por hacer de su enseñanza parte del progreso
revolucionario.
Reacciones al asesinato de Felipe
Carrillo Puerto
El asesinato de Felipe Carrillo Puerto,
sucedido el 3 de enero de 1924, es uno de los eventos que marcaron las primeras
décadas del siglo XX en México.[6]
Las condiciones bajo las cuales se dio la muerte del gobernador de Yucatán
siempre han sido señaladas como evidencia de haber sido un asesinato planeado
con alevosía y ventaja. Las reacciones no se dejaron esperar, primeramente los
campesinos y miembros de las ligas de resistencia de algunos poblados del
estado protagonizaron episodios violentos al enterarse de la situación.
Cuando la noticia salió de las
fronteras de nuestro estado se unieron a la condena de los hechos Ayuntamientos
de todas partes de la República, miembros del Congreso externaron su
inconformidad y no fueron pocos los que protestaron en contra de los sucesos en
Yucatán, que no incluían únicamente la muerte de Carrillo y, para la gran
mayoría de los indignados con la muerte del líder socialista, representaban un acto
en contra de la Revolución. Entre los que protestaron en contra del asesinato
se encontraba Plutarco Elías Calles, quien a finales de 1924 iniciaría su
mandato como presidente de México.
Las protestas en contra del asesinato
de Felipe Carrillo llegaron desde el extranjero, una de ellas la realizó D. H.
Dubrowsky, representante de la Cruz Roja Rusa en América, con sede en Nueva
York. Felpe Carrillo Puerto entabló una
relación estrecha con Dubrowsky invitándolo en el año de 1922 al evento en el
cual asumiría el cargo de gobernador de Yucatán, el representante ruso aceptó
gustosamente.
Estas fueron algunas de las reacciones
al asesinato del líder socialista yucateco:
TELEGRAMA DEL GENERAL CALLES A LA CONFEDERACIÓN REGIONAL
OBRERA MEXICANA
"San Luis Potosí, enero 5.- Comité Central de la
C.R.O.M.- México.
"Acabo de recibir un mensaje que de Nueva York me
dirige el señor Tomás Castellanos Acevedo, representante de la península de
Yucatán en los Estados unidos, y el cual dice: "Noticias oficiales
completamente fidedignas, procedentes de Veracruz, me informan que el
gobernador de Yucatán, señor Felipe Carrillo Puerto y sus compañeros presos en
la Penitenciaria de Mérida, por las fuerzas federales sublevadas en combinación
con los elementos reaccionarios que traicionaron al supremo Gobierno, han sido
abominablemente asesinados por el traidor Ricardez Broca, vil instrumento de
los elementos reaccionarios que actualmente están en posesión del Gobierno de
Yucatán, creyendo que con este crimen inaudito, haciendo desaparecer al apóstol
Carrillo Puertp, se librarían de todas las responsabilidades que pesan sobre
ellos y que sguramnete se harán efectivas dentro de muy poco tiempo.
"La muerte
de Felipe Carrillo Puerto cubre de luto en toda la República a las clases
humildes y trabajadoras, de que fue siempre valiente defensor toda su vida y en
toda clase de circunstancias, esperando ver que la justicia castigue
indefectiblemente.- General, P. Elías Calles. J
PROTESTA DE UN GRAN LIDER RUSO
"Nueva york, vía Nuevo Laredo, Tamps., 8 de enero de
1924.- El brutal asesinato de Felipe Carrillo Puerto, por los
contrarrevolucionarios, es una desesperado tentativa para esclavizar otra vez a
las masas mexicanas, ha conmovido al mundo entero.
"Las masas
laborantes de todas partes están de luto por la muerte del estimable líder y
querido amigo de los obreros y campesinos mexicanos, herido cobardemente por la
mano de los enemigos de la República en los momentos en que su utilidad era
mayor y constituían una esperanza más grande.
Los obreros y campesinos mexicanos contestarían a este
asesinato aplastando a la contrarrevolución.
"¡Felipe
Carrillo ha muerto, viva Felipe Carrillo!"
D.H. Dubrowsky[7]
Conclusiones
La vida de Felipe Carrillo Puerto se
encuentra permeada por diversas interpretaciones de su accionar político, de
manera que unos lo verán como autoritario y otros más lo verán como un ejemplo
de líder político apegado al ideal revolucionario. Ante esta diversidad de acercamientos a su figura se debe realizar un minucioso análisis, privado de
aquellos ideales ya forjados por nuestra memoria, ello nos ayudará a notar que
la labor de Carrillo Puerto, polémica como la de otros tantos personajes, tiene
muchos más pasajes de ecuanimidad e interés social que cualquier otro.
Sus acciones en el campo de la
educación, en general de la cultura, aunados a los vaivenes políticos que le
toco vivir son indicio de una fuerte política de conciliación con los grupos
antagónicos a los que se enfrentó, dando como resultado un gobierno, que si
bien se mostró intolerante ante algunas expresiones, intentó en todo momento
hacer de la Revolución, a la luz del socialismo, una realidad en Yucatán.
[1] Citado en: Cetina Sierra, José
Adonay. Felipe Carrillo Puerto:
Demócrata, Líder, Maestro, Hermano. Mérida, Talleres Gráficos del Sudeste,
1983, p.22.
[3] Magaña, 2009, pp. 55-61.
[4] Benjamin, Thomas. La Revolución Mexicana: Memoria, Mito e
Historia. México, Taurus, 2003, pp. 83-84.
[5] Los
lunes rejos, número 1, enero de 1923. Mérida, El porvenir, 1923.
[6] El asesinato sucedió durante la
rebelión de Adolfo de la Huerta, los efectos en Yucatán no se dejaron esperar y
por conducto de Hermenegildo Rodríguez y Juan Ricardez Broca principió la
persecución de los simpatizantes a Felipe Carrillo Puerto culminando en su
captura y muerte.
[7] El
asesinato de Carrillo Puerto (discursos y artículos en elogio del ilustre
mártir, y protesta contra sus infames asesinos). México, 1924. Biblioteca
Crescencio Carrillo y Ancona, Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán.
*El escrito fue presentado como como conferencia en el aniversario del Centro Universitario Felipe Carrillo Puerto de la ciudad de Mérida, Yucatán. Es síntesis de otros escritos.
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