lunes, 10 de octubre de 2011

A cada declaración le corresponde una reacción

III

Las consecuencias

La iglesia

Todas las acciones que la iglesia realice así como las posturas que tome son temas de los cuales hablar. La Iglesia como tema de conversación se encuentra tanto en la mesa de los hogares mexicanos como en los cubículos de académicos, se toman decisiones en base al dogma tanto en la iglesia como en algunos despachos de gobierno y, en los últimos años, ha formado parte incluso de las noticias de espectáculos [1].

La mediatización de la Iglesia Católica ha traído efectos positivos para sus fines religiosos, pero, al mismo tiempo ha sido un lastre, ya que una imagen sobreexplotada en los medios tarde o temprano deja de gustar o en el caso de la Iglesia que nos ocupa ha perdido mucho de la pulcridad que años atrás era una de las más defendidas características de dicha organización. Por ello, los limites se desdibujan en dos sentidos: el primero tiene que ver con la opinión desmesurada de las instituciones eclesiásticas en los asuntos de estado como en el caso de Onecimo Cepeda obispo de Ecatepec a quien Carlos Ahumada prestó cerca de un millon de pesos, hecho que la prensa publicó de inmediato logrando obtener del obispo una declaracion en la que afirman inducir el voto en sus feligreses [2]; el segundo tiene que ver con la respuesta de los gobiernos en desacuerdo con las faltas constitucionales de la Iglesia, el caso más sonado en los últimos años fue el episodio vivido entre Marcelo Ebrad y el cardenal Sandoval Iñiguez, quien al transgredir los espacios demarcados de acción religiosa se ganó una demanda del Jefe de Gobierno del Distrito Federal.




La presencia de la Iglesia como institución de opinión sobre asuntos de política, economía y social han marcado una tendencia, que al ser analizada detenidamente nos muestran señales claras e inequívocas de la transformación de la Iglesia en una Corporación, y como tal necesita organizarse de tal modo que asegure los ingresos que permitan su subsistencia. Cuando una institución de carácter religioso evidencia un orden extremadamente jerarquizado, es muy probable que la transición a funcionar como una corporación se de de manera muy rápida y posiblemente imperceptible para aquéllos que aun la ven -o quieren ver- como una institución apegada a sus principios básicos y primigenios.

La muestra más clara de la iglesia como una institución que ahora tiene como parte importante el proveer servicios son las universidades y colegios creados por ella, que de manera directa se entrelazan a congregaciones religiosas. El caso de los Legionarios de Cristo y las universidades que tienen alrededor del mundo es un caso de prestación de servicios que debiera ser reservado al Estado y para sorpresa de algunos, que pensando en la vocación servicial y de humildad que la iglesia debiera tener, esta educación privada dada por las Iglesia se dirige a las elites.

Los legionarios han sido los que han podido aprovechar esta generación de recursos a su favor, hasta constituirse como uno de los brazos más ricos del catolicismo, procurando tener siempre en sus colegios a los futuros empresarios de importancia de cada país. En el caso mexicano se pueden mencionar a Emilio Azcarraga Jean y Michael Domit como dos ejemplos de los estudiantes deseados por este tipo de escuelas, no hace falta decir que ambos son egresados de colegios regulados por los Legionarios.

El estado

Ante la permisividad del Estado con respecto a la acción de la Iglesia y la pasividad del primero en imponer sanciones a la segunda las voces que se han levantando en protesta corresponden en su mayoría a la academia, movilizándose también una parte importante de la sociedad civil y de manera más discreta grupos religiosos de corte protestante, que ven en el estrechamiento de relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica un peligro a la libertad religiosa.

La intelectualidad a favor de la laicidad se ha dedicado a desarticular el discurso oficial, que nos es otra cosa que el reflejo de las convicciones religiosas trasladadas al plano civil. Carlos Monsiváis fue uno de los principales críticos sobre la permisividad concedida a la Iglesia por las instituciones estatales [3], documentando siempre las consecuencias ocasionadas por la existencia de un romance entre ambas, entre las principales el intelectual enumeró siempre la persecución a las Iglesias Evangélicas en el centro del país, muchas de ellas terminando en situaciones verdaderamente trágicas, pero que nunca fueron atendidas o tomadas en cuenta por Ayuntamientos o gobiernos estatales de los lugares donde se dieron los hechos.

No resulta extraña la indiferencia de las instituciones oficiales ante las denuncias de las Iglesias no católicas, ya que en ocasiones –principalmente en los gobiernos panistas- los mandatarios se trasforman en sacerdotes, sus discursos en homilías y el estrado en púlpito, tal como sucedió en las exequias de Juan Camilo Mouriño, donde el Presidente Felipe Calderón ofreció un discurso religioso basado en las bienaventuranzas de los evangelios. ¿Es válido hacer una comparación de las críticas que se hace de los políticos con el vituperio que los apóstoles y creyentes del Nuevo Testamento?, la respuesta es un contundente NO, la utilización de discursos providencialistas datan de una época en la que las relaciones del estado con la iglesia eran diferentes, enmarcadas en una dinámica distinta; pero toparnos hoy en día con estas declaraciones habla de un retroceso en la concepción de lo que es un estado laico y también de una mala interpretación de los textos bíblicos, en ambos casos quedan mal parados.

En el caso yucateco situaciones como la anterior son el pan de cada día. Carlos A. Sarabia Barrera, al tiempo de ser regidor de la ciudad de Mérida publicó en su columna periodística su opinión sobre el caso del cura Cutié, donde decía que acciones como la del cura mencionado afectaban la imagen de la Iglesia Católica y afectaban a creyentes como lo es el regidor, lamentable esta opinión por el simple hecho de que Sarabia Barrera en esa misma columna dejara en claro su función como regidor de la ciudad, en pocas palabras daba a entender que como regidor católico de una ciudad que vive amparada bajo el laicismo constitucional se sentía ofendido por hecho por el cura de Miami [4].

¿Por qué un funcionario público habla de esos temas? Porque simplemente no comprende la laicidad o lo hace de una manera diferente, no quiero decir que no está en derecho de creer en algo, pero si ser precavido y prudente para poder saber si sus acciones podrán tener un pero en contra, mas aun si la constitución puede ser usada como punto en contra de él.



Referencias:

[1] PorEsto! 11 de mayo 2009.
[2] Un ejemplo es la nota que la revista TVnotas publicó en su número 652 del mes de mayo año 2009, hablando sobre el caso Cutié, un cura con programas radiofónicos y de televisión que fue captado con la que pareciera ser su “novia”. Esta es una muestra de las repercusiones que tiene para la Iglesia su exposicion mediática, la ruptura de sus propias costumbres que trae una fuerte crítica y la petición de algunos sectores para un Concilio Vaticano III, que al parecer no llegará.
[3] Monsiváis, Carlos. El Estado Laico y sus malquerientes. México, UNAM, 2008.
[4] PorEsto! 12 de mayo 2009.

fotografias

Sandoval y Ebrad, El Universal
Caricatura, tomada de estudiod3.com 


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