Toda conferencia levanta una expectativa, ya sea de la calidad, del fracaso que será o simplemente la expectativa de poder aprender algo nuevo. Las condiciones en las cuales vamos a una conferencia son importantes para el correcto aprovechamiento de dicha actividad, la principal condición o actitud es tener el interés de rescatar el conocimiento vertido por el expositor; también las razones de asistir son realmente importantes, ir por el interés que produce el tema siempre es lo más positivo, ir para explorar un nuevo objeto de estudio es mucho mejor, pero ir por acarreo o por compromiso es transformarse en un estorbo para los que realmente están interesados en el tema.
La conferencia del pasado jueves 3 de junio fue un claro ejemplo de las situaciones anteriores, una sala repleta de jóvenes que no tenían interés, mucho menos fueron por razones de desarrollo intelectual, fueron por acarreo o por compromiso y fueron un estorbo para mi, con sus risas, comentarios tontos y juegos de celular. Los acarreos nada tienen de didáctica.
Entrando ahora al contendido de la conferencia es de resaltar el espacio brindado para la misma, un lugar cómodo y agradable en el que Melchor Campos (Dr.) nuevamente demostró la naturalidad con la que expone el tema que ya es de su dominio absoluto. Si la conferencia fue pesada por la cantidad de fechas, nombres y demás datos hay que entender que eso fue necesario para comprender el transito y evolución conceptual que se evidencia en las constituciones. La constitución representa y es una descripción tanto geográfica del territorio gobernado como una conceptualización filosófica llevada a la práctica de las relaciones del gobernante con los gobernados. Su desarrollo en el siglo XIX plantea la evolución del pensamiento de súbdito a ciudadano, en el que al incorporar garantías individuales se van anexando ideas filosóficas que apartan a la constitución de ser salvaguarda de las almas y se transforma en el ordenamiento social.
Esta evolución, o transición de un pensamiento escolástico a un pensamiento secularizado va de la mano con la corriente liberal, que primero se planteo en la constitución de 1812 y fue navegando entre los gobiernos centralistas, federalistas e incluso un gobierno imperialista (que no pudo crear una constitución como tal). Lo más importante de estos planteamientos, es comprender mediante las constituciones primeramente el proceso de secularización de las instituciones políticas y los axiomas presentados, en segundo lugar comprender el desarrollo del pensamiento liberal con todos los matices que presento, desde los muy liberales como en el periodo juarista hasta las constituciones liberales/conservadoras como la del período de Olegario Molina Solís. La cuestión de liberales conservadores debe suponer un campo de estudio para los historiadores, ya que esta aparente contradicción fue mucho más común en los actores políticos decimonónicos de lo que pensamos. Un claro ejemplo es Carlos R. Menéndez quien fuera porfirista y luego amigo de Madero.
De manera muy general estas son las ideas que logré rescatar de la conferencia que duró aproximadamente una hora y media, al final de la cual no hubo preguntas ya que la mayoría de los asistentes no fueron con la intención de aprender y menos de cuestionar. Incluso aplaudieron antes de que Melchor Campos terminara de agradecer las facilidades dadas y la ayuda brindada, todo para largarse lo más pronto posible. Si eran estudiantes de derecho, ahora entiendo porque los abogados no saben hacer historia, si son universitarios son de los peores, que no tienen ese pensamiento interdisciplinar y menos el deseo de investigar. Que mal por ellos y que mal por los profesores que piensan que eso es de provecho. Espero no llegar a ser estorbo a alguien en una conferencia como ellos lo fueron a mí.
La conferencia del pasado jueves 3 de junio fue un claro ejemplo de las situaciones anteriores, una sala repleta de jóvenes que no tenían interés, mucho menos fueron por razones de desarrollo intelectual, fueron por acarreo o por compromiso y fueron un estorbo para mi, con sus risas, comentarios tontos y juegos de celular. Los acarreos nada tienen de didáctica.
Entrando ahora al contendido de la conferencia es de resaltar el espacio brindado para la misma, un lugar cómodo y agradable en el que Melchor Campos (Dr.) nuevamente demostró la naturalidad con la que expone el tema que ya es de su dominio absoluto. Si la conferencia fue pesada por la cantidad de fechas, nombres y demás datos hay que entender que eso fue necesario para comprender el transito y evolución conceptual que se evidencia en las constituciones. La constitución representa y es una descripción tanto geográfica del territorio gobernado como una conceptualización filosófica llevada a la práctica de las relaciones del gobernante con los gobernados. Su desarrollo en el siglo XIX plantea la evolución del pensamiento de súbdito a ciudadano, en el que al incorporar garantías individuales se van anexando ideas filosóficas que apartan a la constitución de ser salvaguarda de las almas y se transforma en el ordenamiento social.
Esta evolución, o transición de un pensamiento escolástico a un pensamiento secularizado va de la mano con la corriente liberal, que primero se planteo en la constitución de 1812 y fue navegando entre los gobiernos centralistas, federalistas e incluso un gobierno imperialista (que no pudo crear una constitución como tal). Lo más importante de estos planteamientos, es comprender mediante las constituciones primeramente el proceso de secularización de las instituciones políticas y los axiomas presentados, en segundo lugar comprender el desarrollo del pensamiento liberal con todos los matices que presento, desde los muy liberales como en el periodo juarista hasta las constituciones liberales/conservadoras como la del período de Olegario Molina Solís. La cuestión de liberales conservadores debe suponer un campo de estudio para los historiadores, ya que esta aparente contradicción fue mucho más común en los actores políticos decimonónicos de lo que pensamos. Un claro ejemplo es Carlos R. Menéndez quien fuera porfirista y luego amigo de Madero.
De manera muy general estas son las ideas que logré rescatar de la conferencia que duró aproximadamente una hora y media, al final de la cual no hubo preguntas ya que la mayoría de los asistentes no fueron con la intención de aprender y menos de cuestionar. Incluso aplaudieron antes de que Melchor Campos terminara de agradecer las facilidades dadas y la ayuda brindada, todo para largarse lo más pronto posible. Si eran estudiantes de derecho, ahora entiendo porque los abogados no saben hacer historia, si son universitarios son de los peores, que no tienen ese pensamiento interdisciplinar y menos el deseo de investigar. Que mal por ellos y que mal por los profesores que piensan que eso es de provecho. Espero no llegar a ser estorbo a alguien en una conferencia como ellos lo fueron a mí.
Oh imperio como te extraño!!!!!
ResponderEliminarEse es Malechor, sí Señor!!!!!
cuando yo sea grande quiero ser como él, igualito de exitoso, pero si la barba de chivo, es la ley ese DOCTOR en toda la extensión de la Palabra!!!!