jueves, 13 de junio de 2013

Teñir de negro

Los medios masivos de comunicación, en especial la televisión, influyen en la formación de la opinión pública, produciendo reacciones que pueden ser de aceptación, de confusión e incluso de animadversión y rechazo. Existen dos factores que conducen de manera irremediable a formar una mala opinión sobre los acontecimientos, la primera es una información segmentada y parcial; la segunda es la recepción poco crítica de la información.

En los últimos meses el conflicto magisterial en los estados de Michoacán, Guerrero y Oaxaca ha recibido una amplia cobertura de los medios periodísticos televisivos e impresos, la cantidad de reportajes sobre las acciones de los maestros disidentes ante la reforma educativa podría dar resultado a varios tomos de libros, los minutos de tiempo aire en la televisión podrían dar para un largometraje. Mucha de la cobertura que se le ha dado ha logrado que la sociedad conciba al profesorado de esos estados como violentos, holgazanes y reticentes a las mejoras, una imagen que poco a poco se infiltra en nuestro ideario e imagen del maestro mexicano.

Los programas informativos de los principales canales de televisión plagan al telespectador de imágenes de violencia, de desorden, de falta de interés por la educación, pintan sin más una imagen del profesor disidente regido por la sinrazón. Nunca estos medios noticiosos han realizado una entrevista a algún maestro que no acepte la reforma educativa, nunca han presentado las razones reales de la inconformidad, tampoco han ponderado los beneficios de las propuestas de los maestros que reclaman una mejor reforma, respeto a la integridad de la labor, a sus años de trabajo.

No somos ciegos, no se puede dejar de lado el clima de violencia que se ha generado, pero esa no es característica del maestro de Guerrero, Michoacán y Oaxaca, no es la forma de actuar del maestro mexicano. El poder de los medios y del discurso puede hacernos creer cosas que no son ciertas en su totalidad, incluso puede llevarnos a creer mentiras.

Falta que los principales canales de televisión tengan apertura y real compromiso con la información certera, que presenten las condiciones de trabajo que muchos de los maestros de nuestro país afrontan en la montaña, la selva, el desierto, la costa e incluso la ciudad, lugares en los cuales la realidad es más compleja que las generalidades presentadas en el discurso, donde la labor del magisterio debe hacer uso de nuevas habilidades, donde el desempeño laboral del docente deben mirarse con perspectivas distintas. Posiblemente una evaluación de carácter general, focalizada en un solo sector de los implicados en la educación en México sea inoperante en los lugares de desempeño de muchos profesores, ellos lo saben, ellos lo ven, ellos protestan por ello.



Una relectura de la reforma educativa es necesaria, lo mismo que escuchar las voces disidentes. Sólo de esa manera se podrá hacer una reforma que logre responder a la realidad de la educación mexicana, que responda y recompense la labor de los dedicados maestros. Nuestra sociedad debe ser más crítica de la información, saber notar posturas parciales, lograr complementar las noticias con fuentes independientes, valorar y reflexionar. Haciendo lo anterior podrá tener mejores elementos de decisión y acción, podrá tomar la postura que mejor le parezca pero con el fundamento de la crítica.

El ejercicio pleno de la ciudadanía nos llevará a comprender de manera cabal las posturas de los maestros disidentes, de aquellos que piensan, reflexionan de manera diferente y no por ello equivocada. Ejercer nuestros derechos nos ayudará a saber en qué momentos los medios de comunicación tergiversan de manera perversa las intenciones de los demás, de cómo se prestan a un juego poco ético de la manipulación de la información.

Como me dijera la maestra Effy Luz Vázquez “a los maestros por vocación nos duele que manchen nuestra imagen, conocemos lo difícil del enseñar, duele que no vean el esfuerzo y que quieran mentir sobre lo que somos”. Seguramente son muchos los profesores que consideran legítimos los reclamos por una mejor reforma, son ellos quienes se han enfrentado a la noble misión de enseñar.

Como sociedad que debe mucho a los maestros mexicanos busquemos enterarnos del origen de la protesta, cuando lo hagamos nos daremos cuenta de que ellos no están en contra de una evaluación, al contrario, exigen que todo miembro del sector educativo sea evaluado (directivos, planificadores y administrativos incluidos), que no sea selectiva o mal intencionada, que sea acorde a la realidad del país. Hagamos nuestra tarea y no dejemos que oscurezcan la imagen del maestro mexicano.

Publicado originalmente en Por Esto!, 18 de mayo de 2013.

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