viernes, 3 de mayo de 2013

Chacmool: convergencia de voces


I

La hermandad es uno de los más altos valores del carácter humano, es el vértice de la concordia, la comunicación y la comunión. No todos han podido acceder a ella, muchos han sucumbido ante el peso del omnímodo mundo capitalista aproximándose a un egoísmo individualista que nos desposee de nuestra sustancia.

En nuestra situación actual todo esfuerzo por buscar la unidad de los pueblos y el mutuo entendimiento es ya una noble misión, erigiéndose como posibilidad de reencuentro y crítica a la separación. Los pueblos americanos en el desarrollo de su historia han visto flageladas sus relaciones, muchos son los motivos y diversos los efectos, pero ha llegado el tiempo en el que se procure una reunión de pensamiento. América es una.

José Martí en Nuestra América vislumbró las posibilidades, dio los elementos y señaló claramente que “ cree el soberbio que la tierra fue hecha para servirle de pedestal, porque tiene la pluma fácil o la palabra de colores, y acusa de incapaz e irremediable a su república nativa, porque no le dan sus selvas nuevas modo continuo de ir por el mundo de gamonal famoso, guiando jacas de Persia y derramando champaña”. Los de corazón fatuo, a pesar de su pulcra escritura y deleite de sus palabras no buscan la hermandad, no ven en su patria provecho. De ellos Martí escribió: “¡estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan, ¡bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades! Pues, ¿quién es el hombre? ¿El que se queda con la madre, a curarle la enfermedad, o el que la pone a trabajar donde no la vean, y vive de su sustento en las tierras podridas con el gusano de corbata, maldiciendo del seno que lo cargó, paseando el letrero de traidor en la espalda de la casaca de papel?”.

El Apóstol cubano nos llama a hacer de América una, de buscar el filamento de nuestra identificación comunal, de hacer de nuestras voces y acciones una defensa de nuestra tierra, de no buscar fuera lo que en abundancia poseemos. Otro eminente cubano, Ildefonso de Estrada y Zenéa, en una reflexión posterior a su dilatada labor educativa señaló que los escritores cuando no son llamados a poner el pecho frente a la bala enemiga deben ayudar a preparar las revoluciones. Es tarea de los intelectuales y académicos latinoamericanos acometer la tarea de buscar los ideales plasmados por José Martí, en la búsqueda de la unidad y la hermandad.

En el mes de marzo de 1877 José Martí se encontraba en Mérida, su estadía coincidió con la celebración de la llegada a Mérida de la efigie recién descubierta del Chac Mool. El más grande de los cubanos al ver la figura no dudó en imaginar su origen, en esbozar en su mente lo que la piedra labrada por los mayas significaba para la cultura e historia latinoamericana. En el Chac Mool se vio, en él vio a América.

La ágil pluma realizó los trazos de un dibujo del monumento maya, donde el rostro del propio Apóstol se unía al cuerpo dibujado. El acto de Martí no corresponde únicamente a una imaginación de prodigio, es la búsqueda de la hermandad, de la confluencia de la historia, las personas, las ideas y las acciones. Los hijos de América deben responder a ese llamado, las plumas americanas deben cumplir con ello.



II

El año 2013 significa también el aniversario de uno de los proyectos más importantes en el campo de las letras, en el que sus fundadores y colaboradores han retomado la figura del Chacmool visto por Martí para llevar a buen fin la noble tarea de encontrar los nexos históricos, sociales y culturales entre el pueblo mexicano y cubano. Chacmool: cuadernos de trabajo cubano-mexicanos cumple diez años de haber iniciado la travesía de fortalecer la unión entre México y Cuba. Fue durante la “I Conferencia por el Equilibrio del Mundo” del año 2003 cuando su publicación fue pensada, a partir de ese momento una pléyade de intelectuales y académicos de ambos países se congregó alrededor de ella.

La coordinación de la revista tiene en Carlos E. Bojórquez Urzaiz y Sergio Guerra Vilaboy dos destacados estudiosos de la historia, el primero ha sido distinguido en Yucatán con las medallas Eligio Ancona y Yucatán por su destacada labor académica, el segundo es destacado historiador cubano distinguido por Casa de las Américas por su ensayo “Jugar con fuego: guerra social y utopías en la independencia de América Latina”.

La seriedad de los textos es indiscutible, la revisión acuciosa de las colaboraciones han dado como resultado que la publicación ofrezca material de primer orden. No se puede esperar menos al ver quiénes conforman los comités, algunos de ellos son: Miguel Barnet Lanza (Cuba), Manuel Uc Sánchez (México), Adolfo Gilly (México), Eusebio Leal Spengler (Cuba), Eugenia Meyer (México), Nidya Sarabia (Cuba), Cintio Vitier (Cuba) (+), Leopoldo Zea (México) (+), José Juan Cervera Fernández (México), Bernardo García Díaz (México), Salvador Morales Pérez (Cuba) (t), Francisco Pérez Guzmán (Cuba) (t), Eric Villanueva Mukul (México) y Oscar Zanetti Lecuona (Cuba).

Entre quienes se han dado a la tarea de indagar sobre la historia compartida de Cuba y México podemos mencionar, por la Isla, a: Pedro Pablo Rodríguez, Armando Hart, Eloísa Carreras, Enrique Sosa Rodríguez, Eusebio Leal Spengler, Oscar Zanetti, Salvador Morales Pérez. En tanto que de México se han encargado de rememorar y avivar las históricas relaciones: Miguel León-Portilla, Adolfo Gilly, Cristóbal León Campos, Emiliano Canto Mayén, Rodrigo Ordóñez Sosa, Tomás Ramos Rodríguez, Jorge Castillo Canché, Faulo Sánchez Novelo y quien escribe.

El pasado 30 de enero, teniendo como marco la “III Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo”, fue presentado el número VII de Chacmool. Congrega en sus páginas voces de una misma historia, episodios compartidos en los que se debe abundar mucho más, de tal modo que con base a recocernos como poseedores de una historia en común sepamos estrechar las manos en un franco saludo de igualdad.
Hace unos años en el barrio del Venado, en La Habana, se colocó una escultura de la antigua efigie maya con el rostro de Martí, rememorando el dibujo hecho hace más de cien años. Ahora esperemos que en la conciencia histórica de cubanos y mexicanos se coloquen las letras de los diversos textos de este nuevo Chacmool, acrecentando nuestra reflexión al pensar en las visiones de América que José Martí tuvo al contemplar en Mérida la escultura maya. Prosigamos por el camino de buscar, hacer, defender a Nuestra América.

Publicado en Por Esto!, 31 de enero de 2013.

2 comentarios:

  1. Buen artículo Joed, by the way, necesito el tomo I de Chaacmool, ¿dónde lo puedo conseguir?

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    1. Gracias Lydia. El primer número debe de estar en la biblioteca de la Facultad de Antropología; pero si te refieres a conseguir como sinónimo de comprar no sé donde podrías obtenerlo, según recuerdo fue editado por la Cámara de diputados en turno. Veré que puedo averiguar.

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