lunes, 12 de diciembre de 2011

La antigua forma de hacer política: la carta abierta de Rubén Darío Herrera

Uno de los legados de los sistemas políticos de los años treinta fue la manera de hacer política, entendiendo ello como las formas, los modos y estrategias utilizadas para captar el voto. Las reuniones celebradas para informar a la ciudadanía de las propuestas de candidatos a tal o cual cargo, conocidas como “mitin”, son el escenario perfecto para demostrar la adhesión a la causa del partido y que el cambio de filiación de partido es más común que mudar de calcetines.

En las poblaciones del interior del estado estas reuniones son todo un acontecimiento, siempre se está esperando la primera a realizar y después la respuesta del partido contrario. Generalmente estas reuniones inician en alguna propiedad del candidato, asegurando la mínima intromisión de “orejas”, es decir, personas que llegan a escuchar y posteriormente informar al candidato del otro partido de las propuestas de su contrincante. Una segunda etapa se realiza en espacios públicos, con el afán de demostrar quién atrae mayor número de personas, es común ver un desfile de camionetas con los llamados “acarreados” para dar la impresión de una gran concurrencia. Estas entre otras tantas son las formas de hacer política en las comunidades del interior cosa que, abordaremos en una publicación posterior teniendo como marco la actividad política que en breve iniciará.

Después de la victoria se da la presunción, una actividad que ha venido a menos, más que presunción resulta una burda burla en contra del contrincante derrotado, como sucedió en Yaxcabá en las anteriores elecciones municipales, donde después de las lecciones el partido ganador (PRI) dedico unas canciones de carácter muy ofensivo en contra de los derrotados (PAN), aunque como he señalado en una entrada anterior, pocos no dudan de la legitimidad del triunfo.

A mediados del siglo XX, el proceso de regodearse de la victoria se realizaba de una manera mucho más elegante, vistosa y que contribuía a dar más legitimidad al triunfo. La prensa publicaba notas de felicitación a los victoriosos, los ciudadanos de las poblaciones realizaban notas de prensa elogiando a los ganadores y aquellos un poco más beneficiados de la bondad del dinero publicaban, en hojas sueltas, declaraciones de alegría por el nuevo presidente municipal, tal fue el caso de Rubén Darío Herrera Martínez, quien publicó una carta abierta en 1849 felicitando al pueblo de Cansahcab por haber ganado en las elecciones a un buen presidente municipal, que llevaría por buena senda a la comunidad.

Acciones como las de Herrera Martínez nos hablan de una política más pensada y elaborada, tiempos en los que la política no se veía tan mal como ahora, ya sea por la calidad moral e intelectual de sus elementos o por el simple hecho de haberse hecho de manera distinta. Dejamos a nuestros amables lectores la transcripción de la carta de Rubén Darío Herrera, documento que hay que leer bien para comprender mucho de sus intenciones.


Carta abierta de Rubén Darío Herrera Martínez, felicitando
a Virginio Herrera Pérez presidente electo de Cansahcab.
Fondo Reservado del Centro de Apoyo a la Investigación
Histórica de Yucatán, disponible en BVY.

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Carta abierta

Sr. Virginio Herrera Pérez

Veracruz, New Orleans, Mérida o donde me encuentre.

Estimado tío y finalmente Presidente Municipal.



¡Has llegado al Poder!... ¡te felicito,… y felicito al pueblo de Cansahcab!.

¡Te felicito… PORQUE PIENSO Y CREO, que, en tu actuación, tendrás la visión administrativa y política del Señor Coronel Don Antonio Herrera Méndez, tu tío carnal e inolvidable abuelo mio,… y la DECISIÓN ENQUEBRANTABLE, TERCA Y VALIENTE del Señor Coronel Don Cenobio Herrera Méndez, padre tuyo y querido tío mío!...

¡Con esas dos rutas que sigas y las que ahora te señalen el Profesor JOSÉ GONZALES BEYTIA, Gobernador Constitucional del Estado y el Lic. VICNTE EROSA CÁMARA, que, para dicha y orgullo de Cansahcab es el Diputado electo por el Octavo Distrito, muy pronto escucharás a los CLARINES DEL ÉXITO tocando dianas, para la felicidad de NUESTRO PUEBLO!

¡Felicito a Cansahcab,… porque pienso y creo, que, con TU RECTO PROCEDER, se acabarán para siempre: LOS MEMOS… LOS CHEMOS… LOS QUIMICOS… LOS FISICOS… LOS CORRESPONSALES SUPLENTES… LOS MEROLICOS Y CURANDEROS… LOS TIRAPIEDRAS Y ESCONDEN LAS MANOS… LOS DIPSOMANOS… etc., etc.,… que han hecho de la población una GOLFANDIA y su MODUS VIVENDI,… y … que si te descuides,… pueden hacer que el fiel de la balanza de la ley pierda su equilibrio!

¡Graba en tu memoria los siguientes nombres: Gregorio Méndez y Méndez… Iguacio Chalé… Virgilio Méndez Castillo… Antonio Alberto Herrera Martínez… Teodoro A. Bazan Méndez… Francisco Martínez Herrera y Tomás Cortés Méndez… valientes y arrojados marinos que te entregarán la Nave del Poder… después de haber capeado una tempestad, en el mar embravecido de la DICTADURA Y EL NEPOTISMO!... ¡la Borrasca ha cesado!... ¡ahora… ya puedes bogar sobre las olas del mar tranquilo en tu esquife de ilusión!...

¡Y para terminar… PIENSO Y CREO, que, tú debes sentir lo que yo siento:!TODO POR CANSAHCAB… Y… PARA CANSAHCAB!... ¡y si nada, ni nadie, te hace dar un paso atrás en tus propósitos, que, pienso y creo serán MUY BIEN INTENCIONADOS… entonces… tu nombre pasará al libro de la historia Cansahcabeña, grabada con letras de oro, como uno de sus Hijos Predilectos!...

¡CANSAHCABEÑOS: ¡el Santa Claus de la Política les hace un Regalo de Reyes!... ¡que les haga buen provecho!...

¡Salud Virginio Herrera Pérez… y hasta 1952!

Mérida, Diciembre de 1949.

RUBEN DARIO HERRERA MARTINEZ

Calle 54 No. 410 C.

sábado, 10 de diciembre de 2011

La esquiva historia de pueblos yucatecos: el caso de Libre Unión


Dedicado a mis grandes amigos de este singular pueblo del Estado.

Si hablamos de la historia que aborda a los espacios geográficos, en concreto a pueblos, villas o ciudades, en ocasiones resulta un tanto esquiva,  siempre existirá abundancia documental de aquellos lugares más preponderantes en acontecimientos políticos o sociales, por lo que la trayectoria de muchos pueblos pequeños se esconde entre ese inmenso cúmulo documental, uno de esos casos es la del pueblo de Libre Unión en el oriente de Yucatán.

Pueblo pequeño, comisaria de Yaxcabá, situado en el camino a Valladolid, pareciera se trata de una comunidad de reciente fundación al ser pocas las evidencias de arquitectura decimonónica o de principios de siglo XX. A continuación presentamos un muy somero acercamiento a la un tanto olvidada historia de Libre Unión.

Libre Unión en el siglo XIX, 1843-1863

Habiendo tenido acceso a la cita de un libro no identificado que aborda la historia de Libre Unión se asienta que el nombre original de la población fue Unión, debido a la estrecha camaradería existente entre sus pobladores. Lo anterior proviene de la historia oral, siendo un intento de búsqueda de una identidad comunitaria que por azares de la historia o descuido de los historiadores se encuentra desdibujada,  causando la falta de una memoria histórica que dé señales de algún hecho relevante compartido y preservado por la comunidad –es importante mencionar que ninguno de mis conocidos del poblado han mencionado, al día de hoy, el nombre de la población haya sido Unión-. Lo anterior no significa que la historia oral no tenga utilidad, más bien nos hace ver que es uno de los medios más eficaces para conocer los deseos y anhelos que los habitantes de nuestras comunidades tienen.

Las fuentes documentales nos hablan de la existencia de un rancho llamado Cholul, perteneciente al partido de Yaxcabá que en el año de 1843 cambió de nombre para ser conocido de ahí en adelante como Libre Unión, siendo esta la primera mención de la comunidad con su nombre actual. Es importante saber que originalmente la comunidad era un rancho, mostrando claramente el proceso de crecimiento de los focos poblacionales yucatecos de mediados del siglo XIX. Tres años después la población ya tenía un Juez de Paz, según el “Reglamento para el Gobierno Interior de los Pueblos del Estado”, del año de 1840, esta figura de autoridad actuaría:

En los ranchos que no sean establecimientos sujetos a dominio particular, de agricultura o industria, y en los pueblos pequeños donde no haya lo menos diez ciudadanos en el ejercicio de sus derechos, que sepan leer y escribir, habrá juez de paz y suplente que le sustituya en sus ausencias o enfermedades: su elección será popular directa.

Para el año de 1846 Libre Unión tenía una población de 369 habitantes, siendo la cuarta población del partido de Sotuta con menor número de habitantes, superando únicamente a Usil con 67, Nenelá con 184 y Mopilá con 190, contrastando con Yaxcabá y Tiholop que tenían 3730 y 4000 almas respectivamente, siendo las más pobladas del partido.

El año de 1847 marcó una etapa trágica en la vida de las comunidades orientales, las bajas poblacionales no se hicieron esperar, censos como el de Wenceslao Peña dan cuenta de la reducción de habitantes en Yaxcabá, los censos oficiales nos hablan de la comunidad de Libre Unión que para el año de 1863 solo era habitada por 192 personas, fue una reducción mínima comparada con las únicamente  478 personas, que según el mismo documento, quedaron en la vecina Yaxcabá, esa situación no evitó que la primera población tuviera Alcalde Auxiliar dependiente de la Junta Municipal de la segunda.

Las medidas precautorias tomadas por el Gobierno estatal, diseñadas para evitar la desaparición de los pueblos fue decretar la suspensión de pagos de las comunidades fronterizas con la zona de conflicto armado, gracias a ello Libre Unión pudo sobrevivir y no desaparecer como otros poblados. La Guerra de Castas marcó un antes y después en la vida de los pueblos de Yucatán, Yaxcabá es uno de los casos más desafortunados de la caída de una población pero, Libre Unión es una de aquellas comunidades que pese los momentos vividos logró perdurar.


Palacio municipal de Libre Unión en la actualidad.
Fotografía del sitio de intenet: nuestromexico.com 

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Las fuentes hemerográficas poco frecuentadas: De Peso y ¡Al Chile!

La hemerografía es una de las fuentes de mayor uso por los historiadores, en diversas partes de la república la publicación de periódicos u hojas volantes fue frecuente desde el siglo XVIII, etapa en la que la labor editorial tomó un gran impulso. En Yucatán no fue sino hasta el siglo XIX que las publicaciones periódicas pudieron hacerse presentes, de ese año al día de hoy el número de publicaciones siempre ha sido considerable.

En un principio aquellos periódicos publicados nunca fueron pensados para pasar a la posteridad, por tal motivo pocos individuos que les dieron un espacio en sus bibliotecas, y aquellos que tuvieron a bien hacerlo dejaron a los historiadores una buena fuente de información que en mucho ayuda a la reconstrucción e interpretación de los procesos históricos.

Resulta interesante que muchos de los periódicos que ayudan a los investigadores en sus tareas al momento de su aparición no fueron vistos con buenos ojos por parte de ciertos sectores de la sociedad, es por ello que periódicos como El Padre Clarencio fueron objeto de censura y persecución. El siglo XX vio nacer otros tantos periódicos de características poco gratas para la alta sociedad meridana como el famoso Presidio, esa tradición de publicaciones dirigidas a las grandes masas continuó en el siglo XXI, siendo el De Peso con su lenguaje satírico y desfachatado el nuevo hijo de la imprenta poco agraciado a los ojos de aquellos que se precian de leer cosas “buenas”.


De Peso, nota interior correspondinete al 27 de Enero de 2009.

El De Peso fue aceptado prontamente por las habitantes de Yucatán, aumentando hace unos meses su precio a cuatro pesos y a pesar de la poca información que contiene, no hay mermara en sus ventas. Este tipo de periódicos son vistos como algo perjudicial, acusados de transgresores de la moral yucateca, pero su éxito económico no se puede discutir; este último punto seguramente es lo que impulsó al grupo Megamedia, que tiene como estandarte al Diario de Yucatán, la publicación de su propio periódico irreverente, encaminado a competir con el De Peso como el medio informativo preferido por trabajadores municipales, de transportes o cualquiera que quiera reír con lo ocurrentes títulos de esta publicación.

¡Al Chile!, ese es el nombre del nuevo miembro de la hemerografía yucateca, publicado su primer número el día de hoy ofrece al lector una cantidad mayor de información, en mejor papel y con imágenes a color más abundantes, con títulos muy parecidos al de su contraparte pero que no hacen uso de expresiones yucatecas al referirse a los sujetos o situaciones que estelarizan las notas. Es importante mencionar que en esta publicación su anuncian conocidos restaurantes o clubes sociales, que a través de las páginas de este nuevo periódico pretender captar mano de obra.


Primer número Al Chile!, correspondinete al 7 de Diciembre de 2011.
Biblioteca de El Gallo Algebraico.

Se encuentra dividido en cuatro secciones que son a saber Alarma (Policía), Grilla (Política), Ardiente (Espectáculos), Pasión (Deportes), Taco de ojo (Fotografía de chicas en traje de baño) y Tu oportunidad (Avisos económicos), en su página de internet la publicación se describe de la siguiente manera:

¡Al chile! es el periódico que contiene la información mas reciente sobre diversos temas de interés, con un lenguaje coloquial y atrevido.

Aquí no hay tapujos, hacemos honor a nuestro nombre: las notas son directas y claras, las fotografías impactantes y en cada una de nuestras páginas el entretenimiento es el común denominador.

Estas publicaciones no son resguardadas por bibliotecas o hemerotecas –aunque ¡El Chile! Pudiera tener cabida en la R. Menéndez-, descuidando el resguardo de valiosas fuentes que a futuro podrían ayudar a identificar lugares de violencia, a realizar un mapa de los lugares de prostitución en el siglo XXI –para ello el De Peso en sus dos primeros años da mucha información- o para poder estudiar el habla y la escritura coloquial del Yucatán de nuestros días.

Posiblemente las críticas que hagamos a estos periódicos fueron las mismas que hicieron a otro tanto de publicaciones decimonónicas, pero que al día son las que nos ayudan en la escritura de la historia. Por ello esperemos ver en algún lugar alguna colección de tan singulares periódicos, aunque sería bueno señalar que existe un particular que posee una colección completa y encuadernada del De Peso, aunque usted no lo crea.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Publicaciones infantiles y pedagógicas yucatecas: escribir para enseñar

Publicado originalmente en El Mensajero Escolar, en su número correspondinete al mes de Noviembre del 2011, número especial por aniversario de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán.


No es nuevo para nadie que, Yucatán siempre ha tenido una vida cultural e intelectual activa y progresista. En el campo de la educación, los esfuerzos siempre han sido considerables con el afán de proveer, tanto a los estudiantes como a los profesores, de las herramientas educativas más actuales para un mejor desempeño y aprovechamiento en las aulas, para ello desde el siglo XIX se optó por la publicación de periódicos dedicados a la niñez o de carácter eminentemente pedagógico, con los que se buscó contribuir positivamente al desarrollo de las instituciones educativas.

Una de las primeras publicaciones dedicadas a los infantes fue El Periquito: periódico de los niños, que se publicaba el día domingo de cada semana, nacido en cuba pero migrado a Yucatán en 1869, ofrecía a la niñez lecturas amenas de variados temas, todos ellos buscando inculcar los valores morales deseados en los infantes, por lo que las referencias a figuras bíblicas eran una constante en sus contenidos, si bien este periódico exponía poco sobre metodología pedagógica, es un claro ejemplo de los deseos por dar una buena educación.

El Periquito: Periódico de los Niños.
Fondo Reservado (FR) del Centro de Apoyo a la Investigacion
Histórica de Yucatán (CAIHY),
disponible en la Biblioteca Virtual de Yucatán (BVY).

Unos años después aparecería El Guardián de la Niñez, ofreciendo artículos didácticos para facilitar el aprendizaje y enseñanza a los niños, junto con interesantes reflexiones en torno a la niñez se intercalaban artículos sobre letras del abecedario o pequeñas notas. En el número 3 de septiembre de 1873, se publicó un artículo titulado “El patriotismo en los niños” donde se asentaba que:

El niño patriota, estudia para ser útil a la tierra en que vio la primera luz, con los conocimientos que adquiera. El niño patriota, procura ser respetuoso con las autoridades para acostumbrarse a ser buen ciudadano. El niño patriota, no destruye los objetos de ornato o de utilidad pública, porque sabe que son para el bien procomunal; en fin, el niño patriota, sediento de ser útil a si patria desde su infancia, estudia sus necesidades y sus defectos para remediar las primeras y corregir las segundas el día que ocupe un lugar entre los hombres.
Publicaciones como las mencionadas líneas arriba, tenían como objetivo brindar a los infantes yucatecos de lecturas adecuadas su edad, pero siembre buscando en ellas inculcar los valores de urbanidad que todo buen ciudadano debería poseer, con el paso del siglo estos periódicos dieron paso a publicaciones más especializadas. Sería unos años después cuando vería la luz el periódico pedagógico más importante del siglo XIX.

El 16 de septiembre de 1886 salió el primer número de La Escuela Primaria, el emblemático periódico editado por Rodolfo Menéndez de la Peña, dedicado “exclusivamente a la propaganda de la Enseñanza moderna, y a la defensa de los intereses generales del magisterio escolar”. Está publicación ocuparía un lugar preponderante en el magisterio yucateco de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en sus páginas se dio cabida a nuevas propuestas pedagógicas, reflexiones educativas y todo elemento que bien pudiera utilizarse para la enseñanza. En su primer número su director dejó constancia de los objetivos de la obra editorial que principiaba:

En el día eternamente glorioso de la libertad de la nación; en los momentos en que la gran patria mexicana celebra, de un extremo a otro de la República, la augusta festividad de su emancipación política, como si quisiéramos poner nuestra empresa al amparo de su noble y sagrada égida, damos principio a nuestras tareas, poseídos del mayor entusiasmo por la causa redentora del saber popular, y ganosos de prestar nuestro concurso a la obra sublime del progreso y de la perfectibilidad de Yucatán.
Queda de manifiesto el alto valor patriótico conferido a la labor educativa, en el caso de Menéndez de la Peña su espíritu revolucionario y visionario contribuyó grandemente al desarrollo del magisterio yucateco. La Escuela Primaria sirvió como impulso a la publicación de periódicos de objetivos similares, como La Educación Integral que estuvo bajo la responsabilidad de Manuel Alcalá Martín.

La Ecuela Primaria.
Periodico editado por Rolofo Menéndez de la Peña, referente obligado
de las publicaciones pedagógicas yucatecas.
FR del CAIHY, disponible en la BVY.

Los periódicos científicos, literarios y educativos, animados por el espíritu del progreso decimonónico, jugaron un papel muy importante en la sociedad yucateca, sirviendo como fuente de información y debate sobre las nuevas tendencias pedagógicas, permitiendo el desarrollo de profesores cabalmente formados en las más recientes teorías y que serían los principales impulsores de los proyectos educativos nacidos del movimiento de 1910, formando parte de lo que Freddy Espadas Sosa ha llamado la herencia pedagógica porfiriana de la educación revolucionaria.

Por lo anterior es importante realizar un reconocimiento, en este su aniversario, a la labor realizada por la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán con la publicación de El Mensajero Escolar, que a fechas actuales forma parte de esta tradición pedagógica yucateca, cumpliendo con la misión de rescatar la memoria de los maestros de antaño y de la actualidad, teniendo la seguridad de que en unos años mas será considerado papel memoria del magisterio yucateco.