La Educación Revolucionaria, propuesta y concepto de Paulo Freire, sintetiza en mucho los más altos valores que deben tener el proceso de enseñanza y quienes a ella se dedican. El enseñar con base en la realidad del estudiante, el lograr crear una relación estrecha entre el nuevo conocimiento y la realidad inmediata será siempre uno de los ideales de la pedagogía.
La Revolución mexicana tuvo en Yucatán un espacio idóneo para su desarrollo, en múltiples ocasiones se ha dicho que los efectos del movimiento iniciado en 1910 se instalaron en el terreno de las ideas, mucho de cierto hay en ello. La educación prontamente fue revolucionada, las escuelas rurales hicieron su aparición en la década de 1910, en la década siguiente José de la Luz Mena impulsó la educación Racionalista; ambos hechos hablan por sí solos.
Muchos de los profesores de las décadas de 1930-1940 conservaron el espíritu revolucionario de la innovación, uno de ellos fue Aristeo Vázquez Delgado, ameritado profesor que, gracias a sus múltiples virtudes pedagógicas y artísticas, logró hacer de la enseñanza que impartía una fiel representante de los ideales de la Educación Revolucionaria.
Los textos del profesor Vázquez fueron de variada temática, en el año de 1935 publicó Dramatizaciones Escolares para teatros al aire libre, en una de las dramatizaciones nos presenta un diálogo entre la Escuela Antigua y la Escuela Moderna, su lectura nos hace encontrarnos con el ideal pedagógico del profesor Aristeo Vázquez: libertad de las ideas, la búsqueda de una pedagogía moderna, inculcar el respeto y sobre todo el derribar el polvoroso lema de “la letra con sangre entra”.
Un buen maestro no tiene como objetivo último el depositar conocimiento, orienta su labor para hacer del conocimiento reflexión y acción. Años después, continuando con sus deseos de mejorar la enseñanza yucateca, el maestro Aristeo redacta un texto titulado Método ideo-visual, global o natural que serviría de apoyo para la enseñanza de la lecto-escritura. Los maestros que tuvieron la oportunidad de leer el texto no dudaron de sus méritos, desgraciadamente no pudo ser impreso.
Pasadas las décadas el legado de Aristeo Vázquez Delgado ahora es más visible. Su propuesta de Método ideo-visual ha visto la luz gracias a los esfuerzos de la Casa de la Historia de la Educación en Yucatán, dándonos una cuidada primera edición del libro antes mencionado.
El texto sorprende por su vigencia, entendamos ésta no únicamente como una cualidad del texto para amoldarse a las prácticas pedagógicas de hoy, el pensar en ello es limitar su alcance. La importancia y actualidad del método ideo-visual se acrecienta al percatarnos que la lectura y su enseñanza consumen muchas horas en las aulas de clase, es tema inagotable de múltiples ensayos académicos y objeto de crítica en diversos foros. Es pues, el texto del profesor Vázquez Delgado, un nuevo elemento que nos ayuda a comprender el proceso de la lecto-escritura poniendo a prueba a los innovadores de nuestros días, ya que algunos de los conceptos que se vislumbran en su libro bien se amoldan a las propuestas de las competencias lectoras y similares.
La labor de Aristeo Vázquez Delgado representa el valor de la innovación pedagógica, aquella que busca hacer de los niños hombres de pensamiento libre y acción decidida, que ve en la escuela y la educación espacios de desarrollo de la cooperación y la conciencia social.
Tienen ahora los profesores yucatecos un nuevo texto, que basa su propuesta en nuestra realidad yucateca, una importante ayuda para la enseñanza en sus aulas y servirá como punto de comparación para dar justo valor a los sistemas y métodos que actualmente se usan. Un texto que no tiene desperdicio y debe ocupar un lugar especial en la biblioteca y lectura de todo maestro en formación, así como para los profesores en activo.
En este punto es importante reconocer la labor de La Casa de la Historia de la Educación en Yucatán que enseña la utilidad de servir. Desde su creación hace dos años se ha vuelto referente gracias a su producción editorial, a las múltiples conferencias y actividades que realiza, demostrando que la educación y su historia son elementos activos en el desarrollo de nuestra sociedad.
El magisterio yucateco, y toda la población en general, deben reconocer el valor que esta institución tiene al preservar y salvar del olvido la historia de la educación de nuestro estado. Sirva esto como llamado también a todos aquellos que de una u otra forma han dudado de la labor de esta institución, ya que es evidente que quedan sus “críticas” sin fundamente ante el empeño, profesionalismo y solidez académica de quienes forman parte de ella.
Trabajo arduo y decidido han realizado todos aquellos que forman y han formado parte de ella, esperemos que esta labor se mantenga por muchos años más y que constantemente sea el referente de la utilidad de servir.
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