jueves, 30 de agosto de 2012

Una poesía a los héroes de la Guerra de Castas


Tesoros de la Biblioteca Virtual de Yucatán No. 43

Joed Peña Alcocer, en PorEsto!, 16 de mayo de 2012.


Experiencias tan desgarradoras como la Guerra de Castas generan multitud de formas de rememorarlas y conmemorarlas. La población de origen criollo tendió a incluir el aniversario de la guerra como una efeméride local, procurando perpetuar la memoria de los hombres que dieron su vida por la "civilización". Si bien estas conmemoraciones nunca aceptaron la responsabilidad que los "blancos" tuvieron en el estallido de la guerra, nos muestran la forma de recordar un evento tan regional. Presentamos al lector una fracción de una composición realizada por Rodolfo Menéndez de la Peña en la que podemos notar el espíritu con que la población no indígena revestía el conflicto de 1847.










-Rodolfo Menéndez. 30 de julio: homenaje a los héroes de la guerra social. Mérida, tipografía “Guttemberg”, 1908. Fondo Reservado, Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán.












¡30 DE JULIO!

El pueblo que no cultive con amor sus tradiciones y que no rodee de prestigio a los hombres ilustres que le han dado grandeza y gloria, irá perdiendo la conciencia de sí mismo y extinguiendo su personalidad.

Ramón Melgar 
Educador argentino

Hoy es el magno día
en que un pueblo recuerda
de sus ilustres padres
la inmortal epopeya.

La frente de la Patria
ciñe triunfal diadema
y brillan como soles
sus mágicas grandezas.

Hoy son aras los pechos,
santuarios las conciencias
y a los libertadores
himnos de amor se elevan!

¿Qué corazón podría
en tan sublime fiesta
permanecer esclavo
de torpe indiferencia,

cuando la patria, henchida
de gratitud inmensa,
< a los invictos héroes
ensalza y reverencia,

y en solemne concurso
la falange congrega
de valientes soldados
que en pie, gloriosos, quedan,

reliquias venerables
de la espantosa guerra
que en la vasta Península
dos razas sostuvieran?...

¿Ni quien que, ufano, el nombre
de yucateco lleva,
como fulgente escudo,
como gloriosa enseña,

en el feliz instante
en que el pueblo celebra
de sus preclaros hijos
la apoteosis bella,

osara desdeñoso,
en el altar que eleva
hoy la patria a los héroes
no deponer su ofrenda?

¡No es posible que exista
un alma yucateca
que, agradecida y justa,
su pura flor no tenga

para ofrecer piadosa
en las sagradas huesas
de los que por la patria
rindieron la existencia!

Mas ¿dónde, oh redentores,
vuestras tumbas se encuentran?
vuestros sacros despojos
¿qué panteón conserva?


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