miércoles, 14 de julio de 2010

Un Discurso del Pasado

Los actos de toma de protesta para las presidencias municipales de unas semanas atrás, fueron el marco ideal para conocer a profundidad, mediante los discursos, planes de acción municipal e ideas de lo que es la política. Estos discursos pueden ser aceptados de buena gana y dar una buena “esperanza” de la administración, o como decía una nota periodística del diario PorEsto! sobre el discurso del nuevo alcalde de Valladolid: “se han acabado las esperanzas”, todo porque el nuevo alcalde pidió un compromiso de la ciudadanía con el ayuntamiento.
Igualmente existen discursos que no pudieron ser comentados en la prensa –hay que tomar en cuenta que tanto El Diario de Yucatán como el PorEsto! tienen una idea muy clara de lo que publican y cómo lo publican-, pero que arrojan luces de la ineptitud de las nuevas administraciones o dan señales de un posible buen proyecto de gobierno.
En el caso de la comunidad de Yaxcabá, la actividad de toma de protesta –muy poco concurrida- no contó con el protocolo necesario, el maestro de ceremonia fue algo menos que torpe en su participación, y se coronó con un discurso del siglo XVIII e incluso anterior. La alcaldesa dijo que su acenso como a la presidencia fue por voluntad de Dios, discurso providencial, falto de ideas para justificar la sucesión que realiza de su esposo en la presidencia municipal. Ya hace varios años que el discurso de la providencia como justificante de la existencia de los gobiernos fue dejado de lado, pero ante el desconocimiento de la laicidad del estado, y la falta de capacidad para dar un discurso coherente se optó por la vía más fácil y anacrónica de justiciar lo que unos llaman robo, imposición y descredito de las instituciones.
Una idea muy básica de lo que es política, de lo que es servir al pueblo, realmente no creo nadie se haya extrañado del discurso, porque nadie espera nada de esta administración.
Es sabido del trabajo de Bloch sobre Los Reyes Taumaturgos, un trabajo que explora la época medieval, época en la que la divinidad de los gobernantes era creída y aceptada. Al parecer en Yaxcabá aparecerá un ayuntamiento taumaturgo, ¿alguien se apunta para investigar?

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