miércoles, 15 de junio de 2011

A Roma supultada en sus ruinas. Con comentario

A Roma sepultada en sus ruinas
Francisco de Quevedo


Buscas en Roma a Roma, ¡oh, peregrino!,
y en Roma misma a Roma no la hallas;
cadáver son las que ostentó murallas,
y tumba de sí proprio el Aventino.

Yace donde reinaba el Palatino;
y limadas del tiempo, las medallas
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que blasón latino.

Sólo el Tibre quedó, cuya corriente,
si ciudad la regó, ya, sepoltura,
la llora con funesto son doliente.

¡Oh, Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme, y solamente
lo fugitivo permanece y dura.

.....................



Un paisaje de muerte, donde únicamente se encuentran la desolación y la nada. ¿Quién podría imaginar que la gran Roma se encontraría en ruinas?, ¿en qué mente cabría la idea de algún día poder ver a la ciudad eterna sumida en la desolación?
El que se aventuró, el que tuvo la visión fatídica fue Francisco de Quevedo, escritor del Siglo de Oro español, quien con su pluma delineó en papel e imaginación murallas postradas en el suelo y columnas doblegadas por un peso mayor al de ellas.


I


La utilización simbólica de las ruinas dentro de los cánones de la literatura barroca sirve para señalar la decadencia y desolación que toda gran estructura, empresa o ser pueden sufrir. Símbolo del paulatino paso del tiempo que todo modifica. Quevedo nunca presenció la caída de Roma, nunca vio colapsar los edificios, ¿Qué es entonces aquello que ha caído? ¿Cuál fue el temblor o el peligro que sacude a Roma? Para responder debemos ahondar en la estructura más grande de la ciudad, su estructura simbólica.

Francisco de Quevedo vivió en tiempos del ornato profuso, fueron tiempos del barroco, de contrarreforma. El movimiento de Reforma Protestante nace de la duda en la iglesia, se cuestionan las bases de la fe, se delibera sobre el actuar de aquellos que lideran la grey, se pone en duda el liderazgo romano.

El poeta ve en el movimiento de Reforma la gran hecatombe que amenaza con destruir todo aquello que era conocido, un cisma tan grande que lograría dejar una gran tumba. La preocupación de la iglesia ante el avance del protestantismo no era menor, la sociedad hispana y novohispana reaccionaría prontamente ante el asecho del gran cisma.

Se creó una visión hacia este movimiento de rechazo, que fue entendido como una amenaza para todo fiel creyente; entre los cuales Quevedo se contaba por lo que no podía pasar por alto el peligro que rondaba cerca de él.


II

Otra interpretación dada a la obra de Quevedo tiene al tiempo como principal actor. Usando esta línea de interpretación el poema nos habla del carácter efímero de todas las cosas. El papel de Roma como ejemplo de grandeza y falsa perpetuidad demuestra que el tiempo invisible e intangible puede hacer de la ciudad un recuerdo, dejando ver con ello lo finito que es el hombre. Únicamente lo fugitivo es lo que dura, el tiempo es fugaz, forma parte de la naturaleza, que es mostrada mediante las aguas que bañan los escombros de la ciudad.



3 comentarios:

  1. Estudiando esto poema al cole, nos dijeron que es una metáfora de la vida y de la decadencia política de todos los imperios. Quevedo no podía escribir que Espana estaba sepultada in sus ruinas, por eso utiliza la imagen de Roma..
    Que opina usted?

    Perdone los errores.

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    Respuestas
    1. no es asi mi senorita para mi la poesia no se interpreta

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  2. Es un poema humanista? O no? Por qué?

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